Sobre el lugar. El boliche donde se realizó la fiesta electrónica está ubicado en el acceso por autopista.
La muerte de Giuliana Maldovan, de 20 años, después de asistir a una fiesta electrónica la madrugada del 1º de enero en Arroyo Seco fue el desenlace que muchos de los asistentes temieron esa noche. La joven se descompensó en el evento y fue trasladada por una ambulancia del Sies primero al hospital Gamen de Villa Gobernador Gálvez, y después a la sala de terapia intensiva del Provincial de Rosario, donde falleció el domingo a las 19.30. Según el informe del Instituto Médico Legal, la joven sufrió una hemorragia múltiple que pudo ser provocada por el consumo de sustancias tóxicas como éxtasis, LCD o cocaína, a lo que se sumó un fuerte cuadro de deshidratación e hipertensión. Además, ayer se conoció al cierre de esta edición el caso de Lucas Liberatore, de 34 años, oriundo de San Nicolás que ayer fue velado en su ciudad natal. Según fuentes de la pesquisa, el fiscal en turno esperaba pericias.
Desde la mañana del domingo, los asistentes a la fiesta denunciaron en las redes sociales que la organización fue desastrosa: hubo reventa de entradas y hacinamiento, colas de una hora para conseguir agua y un puesto sanitario colapsado. El intendente de la vecina localidad sostuvo que el boliche estaba habilitado como “boliche y no como fiesta electrónica”, un tipo de evento que prohibió a través de una ordenanza municipal.
La fiesta “Sasha new year’s eve party” anunciaba desde el nombre para la madrugada del 1º de enero la presencia en Arroyo Seco del DJ de música electrónica Alexander Paul Coe, un danés de 47 años conocido mundialmente como Sasha. Con entradas de alrededor de 500 pesos y organizado por Live Art Producciones, el evento se llevó adelante en el complejo Punta Stage, habilitado para 4.500 personas. El 29 de diciembre, los organizadores anunciaron que las entradas anticipadas se habían agotado y que no habría venta en la puerta.
La fiesta era la oportunidad para los fanáticos de la música electrónica de disfrutar en vivo de una de las leyendas actuales del género. Pero a las pocas horas de finalizado el evento, empezaron a llover las denuncias en las redes sociales de los asistentes, que hablaban de una noche desastrosa.
Una adolescente de 17 años que entró gracias a los inexistentes controles contó a El Ciudadano que las botellita de agua mineral que se vendían a 50 pesos se terminaron a las tres de la madrugada. Según la chica, había que hacer mínimo media hora de cola para todo: “Había puestos hidratantes, pero para servirte tenías que esperar. Además, había un solo puesto sanitario. Sobrevendieron entradas y no pedían documentos”. Para la joven “las productoras se gastan mucha plata en los DJs y no le dan importancia a todo lo demás”.
Un día después del evento se conoció la peor noticia. Una joven de 20 años había fallecido el domingo por la tarde en el hospital Provincial de Rosario después de descompensarse en la fiesta. Según el informe brindado por los especialistas del Instituto Médico Legal, la joven sufrió una hemorragia en todo el organismo que pudo ser provocada por el consumo de sustancias tóxicas como éxtasis, LCD o cocaína, a lo que se sumó un fuerte cuadro de deshidratación e hipertensión. “No sabemos cuál es la composición de estas drogas porque no son drogas puras. Este tipo de sustancias produce la muerte, no es gratuito su consumo”, dijo el médico Raúl Rodríguez.
En tanto, Nizar Esper, intendente de Arroyo Seco, sostuvo que el boliche estaba habitado “como boliche y no como fiesta electrónica”. En este sentido, aseguró que “no sabía que era una fiesta electrónica”, algo que llama la atención porque el evento fue enormemente promocionado con la imagen del conocidísimo DJ danés, principal invitado y atractivo de la fiesta. Para el intendente la foto y el nombre de Sasha dijeron poco y nada: “En el evento de Facebook no dice fiesta electrónica en ningún lado”.
El intendente se mostró en contra de las fiestas electrónicas, posición que quedó plasmada en el proyecto que envió al Concejo Municipal y que fue aprobado en abril pasado que prohíbe la realización de este tipo de eventos en Arroyo Seco. “Tengo decisión firme en relación a estas fiestas y por eso las prohibí”, dijo.
Además, Esper aseguró que la capacidad del boliche no fue colapsada. El lugar está habilitado para 4.500 personas y, de acuerdo con sus dichos, había 3 mil. Además, sostuvo que en los alrededores hubo controles policiales y de tránsito. Sin embargo, aclaró que, si bien no se observaron irregularidades, iniciará un sumario para establecer si hubo connivencia por parte de los inspectores con posibles vendedores de drogas. De igual modo, sostuvo que el boliche quedó clausurado por 60 días de manera preventiva.
La muerte de Giuliana abrió una investigación judicial a cargo del fiscal Walter Jurado, del Ministerio Público de la Acusación. De acuerdo a lo informado por voceros, “si se confirma que la causa de muerte es sangrado sistémico por consumo de éxtasis la causa pasa al fuero federal”.
La segunda víctima fatal
Lucas Liberatore tenía 34 años. Fue uno de los tantos jóvenes que asistió a la fiesta electrónica de Arroyo Seco. Viajó desde San Nicolás y si bien logró volver a su casa, su familia lo encontró muerto ayer a la noche, pero según fuentes de la pesquisa su deceso se produjo mucho antes. Una de las hipótesis es que Lucas llegó a su casa, se sintió mal y murió mientras dormía.
La investigación recayó en el fiscal de San Nicolás, Patricio Mujica, que ayer investigaba el caso. Fuentes de la pesquisa confirmaron que la muerte del joven fue consecuencia de la ingesta de sustancias sintéticas, de todos modos esperaban mayores especificaciones que pueden brindar las pericias que ya están en marcha. El muchacho fue velado ayer en su ciudad natal y el fiscal ordenó medidas tendientes a establecer la mecánica de los hechos.