María Bravo es mamá de un joven de 17 años. La familia vive en calle 1° de Mayo al 1300 y denunció abuso de autoridad por parte del Comando Radioeléctrico y complicidad por parte de la Seccional 27ma. La mujer contó que su hijo fue golpeado dentro de la comisaría y evalúa poner abogados para que a ningún otro chico le pase algo similar.
Eran alrededor de las 2 de la tarde del viernes pasado; María Bravo estaba limpiando y su hijo había llegado a su casa hacía unos 10 minutos después de haber salido a hacer unos mandados. El chico de 17 años entró la moto a la galería y mientras se encontraba en su habitación; tres patrullas policiales arribaron al frente de su domicilio de calle 1° de Mayo al 1300.
En su relato, Mari comentó que uno de los oficiales se le acerca, le pregunta por la moto que estaba allí estacionada en la galería y ella le responde que era de su hijo. Inmediatamente este uniformado saca la moto “a la rastra” y trata de subirla a uno de los móviles. Sin embargo, no lo consigue y termina por subirse y llevarse andando a la Honda Titán hacia la comisaría.
Pero esto no finaliza aquí, sino que la señora cuenta que la policía ingresa a su propiedad y encuentra a su hijo en su cuarto, salen a la vereda y es entrevistado por los oficiales y uno de ellos lo toma por el cuello y le dice “Vamos”. Supuestamente, las unidades venían siguiendo a un chico en moto que, al darle la voz de alto, se había dado a la fuga. Mari desconoce si se lo han confundido con otra persona, pero el adolescente, según le asegura, no habría visto a la policía en ningún momento antes de llegar a su casa y también desestimó que lo hayan estado siguiendo. Por su parte, el subcomisario Marcelo Aranda, por información ratificada por su personal, estarían completamente seguros que este joven era el joven que se escapó cuando intentaron identificarlo en la calle.
Mari, habló de un abuso de autoridad por parte de los efectivos del Comando y más grave aún, denunció que el chico fue golpeado estando en la comisaría. “Le pegaron una piña en la nariz y le hicieron sangrar la boca”, así lo declaró mientras charlaba con este medio el día martes por la mañana. “La falta de respeto y que le hayan pegado es lo que más me molesto. Me pregunto por qué le pegaron si él no les faltó el respeto y es un pibe que no te va a levantar la voz”, esgrimió y añadió que dentro de la sede policial lo tuvieron desde las 14 horas hasta las 18:30 aproximadamente. Como así también implicó como cómplice de la situación de golpiza al personal de la 27: “La oficial que estaba ahí adentro sabía que le habían pegado a mi hijo porque ella se acercó y le preguntó si le dolían las costillas o si le dolía algo”.
Ahora la señora piensa en poner algún abogado que pueda patrocinar a su familia para denunciar esta situación para que a ninguna otra persona le pase lo mismo que le ocurrió a su hijo.