Con buen tino y predisposición, el subcomisario Marcelo Aranda, brindó sus explicaciones sobre el procedimiento que derivó en la detención de un joven de 17 años con domicilio en 1° de Mayo al 1300. El jefe policial subrayó que comprendía “la reacción de la familia porque se llevan al hijo demorado y que, por ahí, la apreciación es distinta”.
Aranda dijo que no participó de la persecución al chico que iba en moto, pero sí aseguró que proceden a demorarlo “desde la vereda de la casa” y que no ingresaron al domicilio como contó María Bravo, mamá del adolescente. Agregó que él llegó en el momento que se produce la demora preventiva y que hasta pudo dialogar con el adolescente. Comentó que le preguntó por qué se había escapado pese a que le dieron la voz de alto y que éste le habría argumentado “que la moto no era de él, sino que era de un amigo”.
También mencionó que “los familiares, obviamente se mostraron sumamente ofuscados” ante el accionar policial pero que asimismo comprendía esa reacción y que invitaba a la señora a que se acerque al Comando Radioeléctrico a charlar con él para que le pueda dar cuenta de cómo se dio el procedimiento y que si ella estaba segura que le habían pegado a su hijo dentro de la comisaría, se encargaría él mismo de tomarle la denuncia y que en caso de comprobarse esas lesiones, se avanzaría en las sanciones correspondientes.
María Bravo es mamá de un joven de 17 años. La familia vive en calle 1° de Mayo al 1300 y denunció abuso de autoridad por parte del Comando Radioeléctrico y complicidad por parte de la Seccional 27ma. La mujer contó que su hijo fue golpeado dentro de la comisaría y evalúa poner abogados para que a ningún otro chico le pase algo similar.