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Pandemia

Medio año sin fiestas: ¿Cómo subsisten los salones?

Consultamos en Via Victoria, Cielo del Paraná y Borromeo cómo atraviesan estos meses de pandemia sin actividad. 

Imagen de Medio año sin fiestas:  ¿Cómo subsisten los salones?

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Desde el salón de fiestas infantiles ubicado por el bulevar Mansueto Maiorano, vacío, con el silencio de los motores apagados de los inflables, sin chicos corriendo por todas partes, y el olorcito a salsa que salía de la cocina, Julio Figueredo, titular de Borromeo, contó como su emprendimiento que estaba por cumplir su primera década en la ciudad, lleva siete meses parado, sobreviviendo con la elaboración de viandas.
“Es una situación muy compleja la nuestra, junto con la de otros rubros, estamos muy complicados. Nosotros tenemos la suerte de que nos fuimos reinventando y empezamos a hacer comida antes de arrancar la pandemia, aprovechando nuestra estructura. Hoy hacemos viandas para sobrevivir, pero el 90 por ciento de los salones de Arroyo Seco cerraron, nosotros estamos resistiendo porque no pagamos alquiler. Es una situación dolorosa, muy difícil”.
Contó que normalmente enero y febrero suelen ser meses de poca actividad porque la gente elige espacios al aire libre y en el mes de marzo cuando empezaba el movimiento fuerte llegó la pandemia. Hubo clientes que dejaron la seña, y hasta el pago completo del alquiler “para cuando se pueda”, y esos gestos emocionaron porque no hay fecha estimativa de regreso.
En su caso hace dos meses aproximadamente logró un subsidio de la provincia por única vez, gestionado por él mismo porque le llegó la información. “Hablé con Silvio Di Agostino y él me explicó que era un trámite personal que se hacía por la web. Después me ayudó mi contador. Gestionamos un crédito a tasa subsidiada, pensando en remodelar nuestro salón para que en la reapertura nuestros clientes se encuentren con un salón renovado, creíamos que esa reapertura sería en agosto como mucho, pero ya vamos a tener que empezar a pagar las cuotas y todavía no abrimos.
El inicio de la cuarentena en Argentina, fue un día viernes, y al sábado siguiente tuvieron una reunión en su salón junto a todos los propietarios de la ciudad y el Coordinador de Gabinete Sebastián Ghione, donde el gobierno municipal les dio ese fin de semana para poder trabajar a todos y después cerrar. La semana pasada el coordinador de gabinete volvió a comunicarse para preguntar por su situación, ya que al menos tres peloteros formalizaron la baja en el municipio, y dos que tenían pensado arrancar, no pudieron hacerlo.
“Es muy triste ver como la industria de los eventos se cae a pedazos, porque no hay solamente una familia. Acá normalmente había profes trabajando, la gente de la cocina, coordinadores, proveedores, la gente que nos vende distinto tipos de insumos, es tremendo, muchos se volcaron a cocinar porque no hay otra forma de salir adelante. Les pido a nuestros gobernantes, más allá del municipio que tiene que acatar lo que viene, que piensen en el rubro, bares, salones, canchas de fútbol, es muy doloroso. Si te obligan a estar cerrado, están obligados a darte una mano. Entendemos la pandemia, nadie quiere que la gente se enferme, es difícil para los gobernantes también, pero tiene que haber otra alternativa. Yo creo que con protocolo todos los rubros deberían poder abrir sin infringir la ley, sin sentirse infractor, sin hacerlo con miedo, y hay gente que tiene solamente su emprendimiento cómo sustento de familia, tiene que darle de comer a sus hijos, tienen que seguir viviendo, es terrible”, culminó.

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"Carlitos" Didomenico, porque así lo conoce la mayoría de la gente, es el titular de Via Victoria, el salón de fiestas inaugurado en 1997 que supo sostenerse, crecer y transformarse en el tiempo. Lleva acumuladas unas 1400 fiestas, y de todas tiene un recuerdo guardado, porque según él mismo define es algo que lleva en la sangre, y disfruta de cada evento como si fuera propio. Cuesta verlo sentado porque siempre está yendo y viniendo, y ultimando detalles para que cada fiesta sea inolvidable. Por eso cuenta con mucha angustia la situación que le tocó a vivir a una quinceañera, que iba a festejar su cumpleaños el sábado 21 de marzo, y la fiesta quedó suspendida a horas de que lleguen los invitados. Fue a hablar a la municipalidad para poder hacerla, pero la respuesta fue negativa, y debieron "acatar órdenes" cuando todavía no había ni un caso en la ciudad. Dejó el salón decorado por 15 días, 21 días y al mes decidió desarmarlo. Ese cumpleaños fue reprogramado para julio, septiembre y ahora integra la lista de chicas que decidieron festejar los 16.
“Algunos de los que tenían fecha programada fueron perdiendo las ganas, pero la mayoría reprogramó para el año próximo, en la misma fecha, por lo que no estamos tomado eventos para 2021, salvo el último trimestre”
Los días de fiesta, trabajaban en Vía Victoria unas ocho personas fijas, más mozos que se van agregando según la cantidad de invitados.
En su caso personal, no pidió ningún subsidio ni asistencia del Estado, porque es propietario del salón y además tiene su jubilación, y pudo afrontar los impuestos. Para él, las fiestas son más una satisfacción personal que un ingreso después de tanto camino recorrido, y comentó que su sobrino le dedicó un tango, bromeando con que Via Victoria es su tercera hija (después de Gisel y Grecia) por el amor que le pone a su trabajo.
“El problema es cuando termine la pandemia, qué es lo queda. En Europa, se empiezan a hacer reuniones al aire libre, nosotros por la infraestructura, tenemos una pileta y un patio donde a lo mejor con protocolo se puedan hacer fiestas, el único problema es el baile, que tendría que ser con barbijos, seria cotillón desde que empieza hasta que termina, y ya tenemos un protocolo para registrar datos de los invitados”.

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Erica Barro está desde hace cuatros años y medio al frente de Cielo del Paraná , el salón de fiestas que funciona en el hotel de Playa Mansa, pero hace quince años tiene otro salón en la ciudad de Pueblo Esther, y lleva 17 años vinculada al rubro.
Venían trabajando muy bien, con eventos todos los fines de semana, huéspedes post fiesta y días de semana, hasta el sábado 7 de marzo que tuvieron el último festejo con todo listo para la fiesta del viernes 13 marzo, cuando 6 horas antes notificaron el cierre obligatorio. “Fue tremendo ese día”, recordó.
Al preguntarle como subsisten en la actualidad, confesó que realmente es muy difícil “pero a veces toca recurrir a todos los recursos disponibles para seguir adelante” y por suerte tienen contrataciones nuevas para 2022/2023.
En cuanto a la asistencia del Estado, solicitaron ATP para los empleados, y al peguntarle si fueron contactados por la Municipalidad, respondió “en marzo para avisarnos del cierre”. Cuentan con un equipo de personal fijo, y un gran equipo de personal eventual, más todos los trabajadores del rubro que se vinculan de una u otra forma a las fiestas, y que hoy se encuentran sin trabajo.
“Creemos que vamos a volver a celebrar buenos momentos, todos los malos tiempos pasan, y estamos convencidos de que se va a volver a festejar y mucho más que antes, entiendo después de esta pandemia que no sirve dejar nada adelante porque todo puede cambiar de un momento a otro. Nosotros ya pasamos la gripe A, no fue como esta situación pero en su momento en nuestro rubro también impactó. Ojalá podamos volver pronto, y estamos listos en cuanto nos habiliten a abrir con los protocolos necesarios para volver a celebrar cuidándonos”, expresó.
Todas las fiestas fueron reprogramadas con la mayor flexibilidad posible para buscar nuevos días y siguen realizando nuevas contrataciones, hasta con dos años de anterioridad, aunque por supuesto no al mismo nivel que tenían antes de la pandemia.
“Seguimos soñando, proyectando y llegaría el momento de concretarlo cuando se habilite nuevamente nuestro sector”, culminó finalmente.

Fuente: La Posta Hoy

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