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28 de mayo: Día de los Jardines de Infantes y la Maestra Jardinera

Se conmemora el 28 de mayo en memoria de Rosario Vera Peñaloza, quien dedicó su vida a la enseñanza y dejó una huella imborrable en la educación del país.

Imagen de 28 de mayo: Día de los Jardines de Infantes y la Maestra Jardinera

El Día de los Jardines de Infantes se designa en honor a Rosario Vera Peñaloza quien dedicó su vida a la enseñanza y fundó el primer jardín de infantes argentino y falleció el 28 de mayo de 1950. Esta la fecha se toma para conmemorar en su honor, el “Día de los y las Maestras Jardineras” y el “Día de los Jardines de Infantes”. Recibida de maestra en su provincia a los 15 años, luego se perfeccionó en Paraná, cuya Escuela Normal era por entonces un lugar de avanzada pedagógica. Allí comenzó a implementar métodos pedagógicos novedosos, que curiosamente, le valieron la cesantía en 1917, ordenada por Yrigoyen. La propia Vera Peñaloza escribiría: “Son del dominio público los acontecimientos que me hicieron abandonar la Escuela Normal que dirigía, y en tales circunstancias, el doctor Biedma, casi sin conocerme, puso en mis manos la realización de la obra que había concebido: una escuela donde fuera realidad el principio de educar deleitando”.

Como antecedente se puede nombrar que, en 1837, el pedagogo alemán Friedrich Froebel (1782-1852) abrió la primera institución preescolar, fundándola en la actual Alemania bajo el nombre de Institución de Juego y Ocupación, la cual luego de 1840 tomó el nombre de Kindergarten (jardín de niños). El concepto pronto se propagó en ese país y posteriormente en Inglaterra a partir de 1851 y en los Estados Unidos en 1856.

Mal llamada educación preescolar ya que es parte de la escolaridad y no previa a ella o mal nominada como jardín de infantes ya que, en su origen se consideraba al niño como una plantita que debía regarse para su crecimiento, la educación inicial hoy es de vital importancia para los niños y niñas.

En nuestro país, según la Ley Nacional de Educación N.º 26206, el nivel inicial es el primero del sistema educativo, constituye una unidad pedagógica y abarca dos períodos: el jardín maternal, desde los cuarenta y cinco días hasta los dos años y el jardín de infantes, desde los tres a cinco años, siendo obligatorio los dos últimos años. Y, lejos de creer que es un espacio para que los chicos vayan a jugar, en este nivel hay contenidos específicos adecuados a la edad.

El nivel inicial sigue manteniendo la impronta de algunos pedagogos como Decroly, Freinet, Montessori, las hermanas Cossettini, entre otros aportes fundamentales, donde los centros de interés, las aulas- taller, el niño como protagonista y el respeto a la individualidad, dan lugar a propuestas de alto grado de especificidad educativa.

La especialista del nivel Raneé Candia plantea que los jardines de infantes deben propiciar un entorno seguro, contención afectiva, establecimiento de vínculos y clima de intercambios comunicativos.

Y, es importante reconocer que la formación de docentes del nivel ha mejorado en las últimas décadas: se han incorporado unidades curriculares, tales como matemática o ciencias sociales y su didáctica, entre otras, que ofrecen herramientas teóricas y metodológicas a las futuras maestras para ayudar a los niños en sus procesos de alfabetización, a la comprensión del ambiente social, cultural, estético, físico, donde se incluyen también los lenguajes artístico-expresivos.

Ahora bien, en estos días, es necesario remarcar que hablar de infancia es hablar de infancias, de niños y niñas distintos, en contextos lingüísticos, culturales y sociales diferentes. Circulan el tiempo con regularidades, pero también con rupturas y están atravesados por su tiempo: en el cuerpo y la palabra de un niño está presente el poder, las fragmentaciones y las marginaciones. Es una etapa vulnerable que necesita de adultos que acompañen y sostengan el crecimiento. Un niño es cuerpo, es mirada, es el paisaje donde vive, es alegría al crecer, pero también puede ser ausencia o soledad.

Romper con una mirada simplificada y reduccionista de las infancias implica estimular otra lógica, significa apostar a la creatividad, la imaginación y la invención y al compromiso de garantizar los derechos de los niños y niñas desde la cuna.

Fuente: Infobae

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