Es la solución que encontró la industria tecno a su punto más débil. En 5 minutos ya alcanzan el 30%.
Una de las paradojas de la telefonía moderna es que, a medida que los chips se miniaturizan y los diseños se compactan, el consumo de energía aumenta proporcionalmente a la potencia del procesador. Durante años se buscó una batería que pudiera sostener un óptimo desempeño, ocupando un mínimo espacio. Pero como los fabricantes no pudieron resolver este acertijo, encontraron en la carga rápida una solución duradera. Esta tecnología basada en el poder de un cargador que al ser combinada con unos algoritmos, consiguen recuperar hasta el 30% de la carga en poco más de 5 minutos.
El proceso se basa en el empleo de "cargadores inteligentes", que siguen las instrucciones de un algoritmo ejecutado por el procesador del teléfono. Una vez sincronizados los dos elementos, se determina en cada ocasión, la potencia de carga que el dispositivo necesita para obtener los mejores resultados en el menor tiempo posible.
El secreto de este método veloz está en que cargadores y smartphones tradicionales utilizan un voltaje de 5V y una intensidad de entre 1 y 2 amperios. Mientras que los de carga rápida emplean un voltaje dinámico que trabaja con valores de entre 5 y 12 voltios e intensidades que oscilan entre 1 y 3 amperios.
Para preservar la salud de las celdas, los cargadores aplican la carga rápida, dependiendo de la temperatura que acumula, hasta completar el 75% de su capacidad. Una vez superado ese porcentaje, la aceleración se detiene y se completa el resto con un voltaje normal. Por esa razón, en algunos modelos se tarda lo mismo en alcanzar el 70% que finalizar el 30% restante.
La carga rápida es una de las características más buscadas en los nuevos teléfonos. De hecho, un estudio realizado el año pasado por la firma de investigación de mercado Sino-MR, encontró que esta tecnología influye en el 60% de los usuarios al comprar su próximo teléfono inteligente.
El sistema VAR se emplea por primera vez en la historia de esta competición.
“La trascendencia de su hallazgo radica en que las explosiones de supernovas son impredecibles. Esta es la primera vez en que la detección se realiza prácticamente en el instante del evento, por lo tanto la información que se pudo obtener es única y difícilmente se repetirá en mucho tiempo”, destacaron desde el Conicet.
La app que comenzó como un simple mensajero, cambiará en 2018.
Desde la aplicación se informó que cesará el soporte a determinadas versiones de sistemas operativos y fabricantes. Los detalles.
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