Fue 4-2 para Argentina ante Alemania, con una gran actuación de Di María, que metió un gol y asistió a Agüero, Lamela y Fede Fernández para los tres primeros. Schürrle y Götze descontaron para los campeones del mundo, a quienes les aguaron la fiesta.
En una reedición de la final de la última Copa del Mundo, Argentina venció 4-2 a Alemania en un encuentro que se disputó en el estadio Espirit Arena de Düsseldorf y que marcó el debut de Gerardo Martino en el banco del combinado nacional, que no contó con Lionel Messi.
Después del minuto de silencio que se efectuó para homenajear a Julio Humberto Grondona, el seleccionado local, que presentó apenas a cuatro titulares que estuvieron desde el arranque el 13 de julio en el Maracaná (Manuel Neuer, Benedikt Höwedes, Christoph Kramer y Toni Kroos), se mostró más ambicioso, ante un adversario que no solo sufría la ausencia de su capitán sino también de Ezequiel Garay, Ezequiel Lavezzi y Gonzalo Higuain.
El primer aviso llegó a los 6 minutos, cuando Mario Gómez le ganó al adelantamiento de la defensa argentina y, cara a cara con Sergio Romero, sacó el bombazo a quemarropa que el arquero envió al córner. Fue el primero de varios errores en la zaga del conjunto de Martino durante el primer tiempo.
Pese a ello, en la primera aproximación al área alemana, Argentina fue implacable. A los 20 minutos, Erik Lamela (muy activo y participativo en el juego de ataque) hizo la diagonal desde la izquierda hacia el centro y combinó con Ángel Di María, quien despachó el centro desde la derecha con el revés de la zurda para que Sergio Agüero empujara en la entrada del área chica.
La ventaja argentina no modificó la línea del duelo, que siguió disputándose predominantemente en territorio visitante y con el balón circulando entre los pies de los locales. Un disparo rasante y apenas desviado de Kroos y otra gran intervención de Romero ante Gómez, tras un error compartido entre Martín Demichelis y Lucas Biglia y una buena maniobra personal de Kroos, hicieron tambalear la ventaja.
Pero a cinco minutos del cierre de la etapa y antes de otra oportunidad perdida por Alemania, con un remate desde afuera de Kramer que Romero rechazó y Gómez desperdició en el rebote, la Albiceleste (que volvió a vestir de azul) aumentó la renta: Di María desbordó por la derecha, esperó y habilitó a Lamela, quien la empalmó de primera y de zurda y la clavó en el ángulo derecho del inmóvil Neuer.
Como si esto fuera poco, el arranque del complemento tuvo una ráfaga de gritos que llevó los números a una goleada inverosímil. Antes de que se cumplieran 120 segundos, Di María despachó un tiro libre desde la izquierda, Federico Fernández ganó de arriba en el segundo palo y batió a Roman Weidenfeller (había reemplazado a Neuer tras el entretiempo).
Y a los 4 minutos Pablo Zabaleta asistió a Di María, quien encendió el turbo, dejó el surco por la derecha, se metió en el área y, ante la salida de Weidenfeller y antes del cruce de Benedikt Höwedes, la picó y le puso el moño a una noche gigante del rosarino.
Enseguida descontó Schürrle, tras cabecear en el área y ser más rápido que todos para recoger un rebote de Romero que quedó vivo en el área chica, pero el encuentro ya estaba liquidado. Luego hubo tiempo para que Martino experimentara con Fernando Gago, Nicolás Gaitán y Ricardo Álvarez, además de los ingresos Hugo Campagnaro y Mariano Andujar, por Zabaleta y Romero, con molestias.
Alemania nunca cesó en su búsqueda y creó muchas situaciones para dar al resultado una forma más acorde al juego. Dos minutos después de un remate de Marco Reus que se estrelló en el poste, a los 30 minutos, Götze, con un bombazo de aire que se desvió en Fernández, selló el 4-2 definitivo, que configuró una mínima venganza de la caída en el Maracaná y dejó auspiciosas señales en el inicio del ciclo Martino.