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River y Boca igualaron en un encuentro lleno de emociones

Los factores exógenos trastocaron los planes de ambos en el que prometía ser el Superclásico más atractivo del último lustro. De un lado, un River imbatible. Del otro, un Boca en alza. Pero la lluvia imposibilitó el normal desarrollo de un partido que ambos jugaron como pudieron, con el corazón y la garra como bandera.

Imagen de River y Boca igualaron en un encuentro lleno de emociones

Boca se adaptó mejor a la coyuntura, a una cancha prácticamente anegada que coqueteó con la suspensión. Todos sus intérpretes entendieron mejor el partido, específicamente Marcelo Meli y Andrés Chávez. Con una comprensión del contexto, Lisandro Magallán capturó un centro y adelantó al Xeneize con su primer gol en Primera División.

Pero Mauro Vigliano, el gran protagonista de la tarde/noche en Núñez, quebró el partido con una decisión insólita. Tras un remate de Ariel Rojas, vislumbró una mano inexistente de Fernando Gago. Penal y expulsión. Rodrigo Mora le sacó el penal a un desaparecido Teófilo Gutiérrez y la tiró por encima del travesaño. Boca resistía.

Sin embargo, en una cancha complicada y con el cansancio del desgaste acumulado, River fue creciendo hasta merecer el empate. Cuando parecía claudicar en su intento, Marcelo Gallardo metió un cambio revolucionario que, con otro desenlace, le hubiera costado varias críticas. Sacó a Pisculichi para meter a Germán Pezzella, quien a la postre aprovecharía un error de Agustín Orion para marcar el empate final.

Después, solo quedó lugar para que Andrés Chávez, de conmovedor esfuerzo, no pudiera direccionar con su pierna menos hábil una inmejorable chance de gol. Lucas Boyé, en la última, metió un cabezazo similar al de Pezzella pero por encima del travesaño. El empate deja a Boca con gusto a poco.

Fuente: Minuto Uno

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