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Los penales privaron a Central de ganar la Copa Argentina

Fue derrota ante Huracán en la final tras igualar sin goles en el tiempo reglamentario. En medio de uno de los partidos más importantes de los últimos años para el club de Arroyito, se conoció la noticia del fallecimiento de un ídolo auriazul, Don Angel Tulio Zof.

El final de la ilusión, Central lo tuvo y se le escapó en los penales.Foto: La Capital

El final de la ilusión, Central lo tuvo y se le escapó en los penales.Foto: La Capital

Central era el gran candidato y perdió la elección. El equipo de Miguel Angel Russo apostaba sus fichas a un mayor ruedo futbolístico y el título de la Copa Argentina era el salvoconducto para cerrar una temporada donde la victoria en el clásico fue el único aliciente. Sin embargo, no pudo con sus nervios, con su falta de protagonismo y se quedó con la manos vacías en la definción por penales, donde el arquero Marcos Díaz fue la gran figura.

Central se quedó en el amague en la primera mitad. Fueron unos diez minutos en los que la presión fue efectiva desde el medio y la movilidad fundamentalmente de Encina por derecha, y de Niell y Valencia buscando los espacios entre los centrales.

Pero fue una ilusión. Porque Huracán entendió rápidamente que le podía jugar de igual a igual, le fue emparejando la posesión de la pelota y se animó. Con un buen trabajo de Vismara en la recuperación, la claridad de Villarroel y Martínez y la peligrosidad de Abila, merodeaba los dominios de Caranta aunque se quedaba allí. Un llamado de atención.

El partido no arrojaba emociones. Central abusaba del pelotazo para los piques de Valencia, mientras que Niell intentaba arrancar unos metros atrás. Becker estuvo ausente sin aviso en esta primera mitad y Encina dejó de ser el motor generador por derecha.

Así, los de Russo fueron perdiendo efectividad y Huracán aprovechaba, al menos desde obtener la posesión y animarse a progresar con la pelota dominada y tratando de cruzar pelotazos de izquierda a derecha a las espaldas de Rafael Delgado.

Tanto Caranta como Marcos Díaz no pasaron sobresaltos. Es que ambos equipos tomaron tantas precauciones que se acordaron muy poco de jugar y el partido se tornó mezquino y de bajo nivel futbolístico. Salvo los intentos de Barrientos y Niell en la última parte de la primera mitad, Central no tuvo presencia y se fue perdiendo en la intrascendencia.

El complemento arrancó con la misma intensidad que en la primera mitad. Russo probó con el ingreso de Medina por el intrascendente Becker pero a pesar de los intentos canallas, todo fue vértigo y poca claridad para inquietar a Marcos Díaz.

Encina se fue perdiendo en su intermitencia, Barrientos mostraba altibajos y Medina no lograba ser el distribuidor pretendido y así los delanteros no lograban abastecerse de la pelota.

Un tibio centro de Arano a lo 3', un cabezazo de Niell a los 7' fueron los escasos intentos de esa primera parte de la segunda mitad.

En Huracán no aparecía ni Toranzo ni Martínez y sí se destacaba el trabajo en el medio de Vismara. Lo mismo pasaba en Central, donde sobresalía la solvencia defensiva del colombiano Gómez Andrade y de Musto en el medio.

Russo apostó a los 21' con el ingreso del uruguayo Abreu -que llegó arrastrando una lesión- pero no fue mucho lo que pudo aportar hasta el final. Así, Central tenía la pelota pero no lograba inquietar al fondo quemero, y Huracán dependía de los pelotazos de Toranzo para Wanchope Abila.

El partido se animó recién sobre la media hora, cuando Caranta por primera vez en el partido tuvo que exigirse para taparle un remate a Abila, quien por primera vez le había ganado a Gómez Andrade.

Fue Huracán el que tuvo las mejores posibilidades sobre el cierre. A los 36' fue Domínguez con un cabezazo que se fue cerca del palo izquierdo de Caranta y a los 41' fue Abila el que se lo perdió.

Después, los penales marcaron que el arquero quemero Marcos Díaz llevó al modesto equipo de Parque Patricios a la Copa Libertadores y a la gloria. Central se quedó sin absolutamente nada. De la posibilidad de recuperar terreno y prestigio a la continuidad de replantearse el futuro.

Fuente: Diario El Ciudadano / La Capital

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