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Se cumplen 31 años del último partido de Ricardo Bochini en Independiente

El crack que solo vistió la casaca de Independiente no tuvo una despedida soñada: a 31 años de su retiro, sigue siendo uno de los mejores de todos los tiempos en el fútbol argentino.

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El máximo ídolo de Independiente y uno de los mejores jugadores de la historia del fútbol argentino no tuvo la más dulce de las despedidas: un 5 de mayo de 1991, Ricardo Bochini colgó los botines de forma inesperada en un encuentro correspondiente al Torneo Clausura de aquel año, vistiendo los colores del Rojo. Una patada y el posterior diagnóstico que confirmó el esguince de rodilla precipitaron su última función y le impidieron seguir irradiando magia después de 19 años de carrera.

Bochini nació el 25 de enero de 1954 en la ciudad bonaerense de Zárate. Llegó al club de Avellaneda de la mano de Miguel Ángel Giachello luego de abandonar las prácticas en Boca por dificultades para trasladarse desde su ciudad natal.

Ricardo Bochini: de pichón de crack a Rey de Copas
El enganche construyó su figura tras su debut en 1972, con 18 años, ante River en el Monumental; un primer encuentro solo destinado a los grandes. A partir de aquel primer partido, la joya del equipo dirigido por Pedro Dellacha se transformó en referente a pesar de su corta edad. De hecho, un año después, fue el artífice de la obtención de la Copa Libertadores, a la que le seguirían tres más en 1974, 1975 y 1984.

Sin embargo, una de sus principales actuaciones individuales se registró en el duelo ante Juventus, en 1973, por la Copa Intercontinental; la Vecchia Signora, que había resultado subcampeona de la Copa de Europa y se había consagrado como uno de los mejores elencos del Viejo Continente –Ajax, el ganador del certamen, no viajó por problemas económicos- asomaba como un escollo difícil para Independiente.

Con el Bocha, que convirtió el único tanto en el epílogo del partido gracias a un show de paredes con Daniel Bertoni, el Rojo demostró estar por encima de todos en el mundo del fútbol.

Más allá de los cambios de nombres y de entrenadores, el único que continuaba en el equipo ideal era el 10, comprometido con la camiseta y enamorado del escudo que portaba. De yapa, Bochini fue partícipe de grandes gestas: en 1977, en el marco de la final del Nacional, Talleres de Córdoba tenía tres jugadores de más y ganaba por un gol, pero el enganche orquestó el milagro e Independiente se llevó el título con el global como aliado.

A todos aquellos trofeos que hoy están en las vitrinas, el mediapunta le añadió las conquistas de tres Copas Interamericanas -1973, 1974 y 1976-, otra Intercontinental -1984-, dos campeonatos de Primera División -1983 y 1989- y un Nacional más -1978-.

En más de una ocasión, Diego Maradona, el mejor futbolista de todos los tiempos, reconoció su admiración por el Bocha, su ídolo de purrete, y hasta compartieron cancha en el Mundial de México 1986, en el que la Selección Argentina salió campeón y Pelusa inmortalizó una de las frases más icónicas, dirigida a su referente cuando este ingresó en las semifinales entre la Albiceleste y Bélgica: “Bienvenido Maestro, lo estábamos esperando”.

Cómo fue el precipitado final de Ricardo Bochini
Aun así, y después de 714 duelos como profesional, el adiós estuvo lejos de ser el ideal. Fue en aquel 5 de mayo de 1991, en un partido de local entre Independiente y Estudiantes que iba a terminar empatado 1-1. Bochini, recibió una pelota en tres cuartos de cancha cuando una violenta patada del defensor Pablo Erbín a la rodilla lo dejó liquidó.

El Bocha cayó lesionado al campo de juego y fue retirado en camilla, ante la mirada atónita de los hinchas del Rojo que no podían creer lo que estaba pasando con su ídolo. La gravedad de la lesión fue tal que Bochini anunció su retiro de las canchas.

Con 37 años, el enganche, que ya estaba dejando sus últimas estelas de magia, no pudo seguir en cancha. El pleito fue igualado y ríspido: dejó un mal sabor de boca y la lesión del Bocha amargó a los hinchas que dijeron presente en la Doble Visera.

“Creo que Erbín se tiró demasiado fuerte y llegó un poquito tarde, yo ya había largado la pelota. Igual no lo culpo de nada. Nos hemos visto varias veces y está todo diez puntos, pero la gente no se lo perdonó. Tiene un hijo hincha de Independiente y no lo puede llevar a la cancha porque si lo ven a él lo matan”, reflexionó Bochini.

Y del otro lado, Erbín esgrimió su defensa: “Como fue su último partido queda como que parte del retiro fui yo. Lo hablé con él, hemos hablado mucho. Pero el hincha de Independiente nunca se va a olvidar. La relación con él es buenísima. Es más, mi hijo se había hecho de Independiente y Ricardo se ofreció a llevarlo porque yo no podía entrar”, recordó el ex defensor .

Con 108 goles, más de 200 asistencias y 14 títulos después, Ricardo Enrique Bochini dijo basta. Hace 31 años, se despedía uno de los más grandes del fútbol en la Argentina.

Fuente: TN

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