Precios máximos, más regulaciones y un desacople del precio del gas. Las propuestas socialistas de las autoridades europeas para frenar la escalada inflacionaria.
En un avance sin precedentes a la autonomía de los países miembro de la Unión Europea, la Comisión Europea, comandada por Ursula Von der Leyen, anunció que intervendría por la fuerza los mercados eléctricos de las distintas naciones.
Von der Leyen anticipó que se establecerán precios máximos que todos los países de la Unión Europea deberán cumplir o someterse a peligrosas multas. Además, se prohibirá que cualquier empresa radicada en Europa determine su precio marginal de la electricidad en base al costo de la generación por gas.
Según Bruselas, la escalada de precios de los últimos meses no se debe a la incipiente inflación generada por la emisión sin respaldo del euro, ni a la fallida matriz energética de países como Alemania o España que en su intento por hacer la transición verde se quedaron sin producción rentable.
Por el contrario, se debe, según los burócratas europeos, a una “chantaje energético” por parte de Rusia para que la Unión Europea deje de apoyar a Ucrania con miles de millones de transferencias económicas para sostener la guerra.