Protección Civil recibe, prácticamente a diario, llamados de vecinos de los barrios ribereños solicitando colaboración por la presencia de yararás. No solo se genera alarma entre los residentes ante la aparición de estos ofidios, sino que ya se han registrado varios casos de mordeduras letales. Han atacado a caballos y animales domésticos. Afortunadamente, hasta el momento no se han reportado personas mordidas, pero el riesgo es constante, especialmente por la frecuencia con la que están apareciendo en toda nuestra zona costera.
Muchos ejemplares fueron capturados gracias a la intervención de Protección Civil, que acude con celeridad a los lugares señalados. Sin embargo, el área carece de los insumos necesarios para combatirlas adecuadamente.
Tal es así que trascendió que los propios empleados del área se abastecen por sus propios medios para poder responder a los pedidos de los vecinos. Carecen de sogas para amarrar a los animales que deambulan por la vía pública y hasta preparan ellos mismos los venenos para combatir a las yararás.
Cansados de esta situación y necesitando una respuesta concreta de la Municipalidad que les provea de los materiales necesarios, vienen insistiendo desde hace meses en la compra de productos para la preparación de estos químicos.
Se supo puntualmente que, al Coordinador de Seguridad, Carlos Márquez, se le presentó un listado de productos necesarios para preparar el veneno que combate a las serpientes. Pero no solo se compró menos cantidad de la recomendada por quienes entienden del tema, sino que además se autorizó la compra de un “repelente para serpientes” vencido desde el año 2017, simplemente por ser más económico. La Municipalidad abonó alrededor de 22 mil pesos por ese producto, cuando uno en condiciones óptimas y con fecha vigente supera los 56 mil pesos.
Según pudo averiguar este medio, la persona encargada de “buscar precios” fue un empleado muy cercano a la actual gestión, pero que no tiene relación con Protección Civil. Se trata de un agente que presta servicios en el área de Tránsito. Esta persona fue quien pasó los costos y, tras la supervisión de Márquez, se elevó el pedido al área de Compras, que depende de la Secretaría de Hacienda, para proceder a la adquisición.
Lo cierto es que cualquier producto vencido que se utilice o manipule no tendrá la misma efectividad, lo cual es lógico: por eso tiene fecha de caducidad. Sin embargo, quienes se jactaron de conseguirlo más barato y autorizaron su compra no estarían comprendiendo que están poniendo en riesgo a la población y, asimismo, a quienes deben ir al terreno a capturar este tipo de ofidios, cuyas mordeduras, como se sabe, pueden ser mortales.
El profesional que había sido llamado al principio de la gestión de Daniel Tonelli y había dejado por diversas cuestiones, ahora sí ya trabaja oficialmente en la secretaría de Salud, apuntado claro está al sector de Zoonosis. Lo hace en carácter de monotributista.
El hijo de Adriana Farroni, que está en Obras Públicas, maltrató a Laura Sánchez, empleada municipal de carrera, y desde el Gobierno de Daniel Tonelli ni del área de la Mujer local "le llamaron la atención". Además, ya había tenido un altercado fuerte con Gustavo De Lorenzi, y todo sigue igual. Ser "hijo de" evidencia los beneficios y la falta de tacto de un gobierno que no lo tiene en casi nada.
El acto oficial pareció hasta tener más convocatoria que el Festival Patrio realizado en la plaza 9 de julio por el 25 de mayo. A casi dos años, la gestión de Daniel Tonelli no pudo meter un festival con aceptable convocatoria por el mero capricho de seguir utilizando la plaza céntrica para casi todos los eventos. A dónde va la gente, esta gestión, parece esquivarla...