Tiene 21 años y espera su segundo hijo. Sería una historia más si no fuera porque lucha diariamente con los desórdenes alimentarios que ponen en riesgo su salud y la de su nuevo bebé. Se alimenta con sólo 800 calorías por día, cuando debería comer más de 2.000. Usa las redes sociales para mostrar su evolución y poder ayudar a otras mujeres que estén pasando por lo mismo.
Holly Griffiths vive en Londres, Inglaterra, tiene 21 años, está embarazada de casi nueve meses y sufre de anorexia. Pesa sólo 51 kilos y se alimenta con 800 calorías diarias, cuando -en su estado- debería ingerir más de 2.000. Lucha diariamente porque "las voces dentro de su cabeza" le permitan comer lo que necesita para que su bebé crezca sano y poder llegar, ambos, bien al parto.Pelea contra esta enfermedad desde hace más de siete años, y usa las redes sociales para poder contar su historia y ayudar a otras mujeres que estén pasando por lo mismo que ella. Subió videos a YouTube en los que relata sus tormentos y cómo hace para salir adelante. Además, tiene un blog llamado "Two litlle dickie birds" (dos pequeños pájaros dickie, en su traducción) en el cual postea las dramáticas fotos de la evolución de su embarazo y responde las preguntas de otras futuras mamás con anorexia.
Este es su segundo embarazo. Hace dos años nació Dylan, y durante el parto ella estaba tan delgada que el bebé le rompió una costilla. Tuvo que ser inducida en la semana 37, pero finalmente el niño nació sano, con un peso de 2,31 kilos, después de pujar apenas 10 minutos. Cuando Holly se enteró que estaba nuevamente esperando un hijo, tuvo pánico y sus miedos la llevaron a sentirse muy deprimida porque sabía que debía engordar para alimentar al bebé que venía en camino.
En una entrevista con el diario "The Sun", la joven cuenta que se siente miedosa y culpable de no poderle dar a su hijo todos los nutrientes que necesita, pero que su batalla contra los desórdenes alimentarios no le permiten ingerir más de lo que come por día. Su dieta se basa en una tostada por las mañanas, ensalada en el almuerzo y un plato de fideos con queso por las noches. Debe ver a un médico obstetra especialista en embarazos de alto riesgo para estar controlada por un experto en el tema.
Debido a los cambios hormonales y malestares en el comienzo de su embarazo perdió más de ocho kilos, poniendo en riesgo la salud de ambos. Con ayuda de profesionales y familiares recuperó el peso y nutrir al bebé en su vientre, el cual viene creciendo bien. En el poco tiempo que queda, Holly debe aumentar más de un kilo y medio para poder ser inducida y dar a luz a la beba, Isla, sin problemas.
Es tendencia entre mujeres de clase media y con educación superior. Sus partidarios aseguran que es más saludable para los niños, pero los críticos lo ven como otra forma.
Un nuevo estudio acarrea conclusiones que preocupan: el humo de segunda mano puede afectar al bebé de una futura mamá incluso antes de que ella quedara embarazada.
El estudio fue realizado en 15 países de Europa y América y asegura que el mismo porcentaje de mujeres no dejaría a sus parejas en esa situación. El sondeo determinó, además, que cerca de un 40% de los hombres nunca tuvo una relación con una persona con exceso de peso.