Un joven de 19 años fue detenido acusado de liderar una banda informática, con ramificaciones en Rosario, que se especializaba en fraudes electrónicos internacionales. Desviaban hasta 50 mil dólares por mes.
La Policía Federal, durante el allanamiento a la vivienda del joven hacker, en el barrio porteño de San Cristóbal.
Un joven de 19 años fue detenido acusado de liderar una red informática, con ramificaciones en Rosario, que se especializaba en fraudes electrónicos internacionales con la que robaba grandes sumas de varias webs de transferencia de dinero y de juegos por internet.
Los expertos en delitos tecnológicos de la Policía Federal llevaron a cabo una serie de cinco allanamientos en Rosario y otro en el barrio porteño de San Cristóbal, este último en el domicilio donde el joven pirata informático no sólo operaba la red sino que convivía con su padre.
Pese a que aún continúan la investigación y el análisis de la prueba reunida, los peritos trabajan con la hipótesis de que el joven desviaba a su favor cerca de 50.000 dólares por mes.
Según dijeron los voceros, en ese lugar, situado en Juan de Garay al 3200, fueron secuestradas computadoras con capacidades de cálculo muy superiores a las corrientes, cables de conexión especiales, servidores, routers y 14 discos rígidos.
El operativo que desembocó en la detención del joven tiene como investigadas a otras seis personas, entre las que se encuentra su propio padre, un ingeniero informático de quien los pesquisas sospechan que pudo colaborar en los ilícitos.
La Operación Zombie de la Policía Federal se originó el año pasado y recién a principios de julio llegó a buen puerto. Ahora el Ministerio de Seguridad nacional dio a conocer el caso: "Se detuvo a un joven súperhacker, líder de una red integrada por siete personas, especializado en fraudes electrónicos trasnacionales y complejas triangulaciones de financieras que concretaba vulnerando la seguridad de varias webs de transferencia de dinero y juegos por internet", precisó la cartera de Seguridad.
La persona encargada de cobrar el dinero vivía en Rosario, en una casa que también fue allanada. Sin embargo, esa vivienda tenía una red de cámaras para controlar toda la manzana, por lo que la policía tuvo que cortar la energía eléctrica en la zona para poder operar y evitar que el hacker destruyera las pruebas.
Todo comenzó a partir de una denuncia de un empresario que utilizaba el portal de transferencia Dineromail. La procuradora Alejandra Gils Carbó, en ese entonces fiscal de Instrucción, ordenó la investigación a la policía.
"Los usuarios de internet resultaban víctimas de una infección con un virus informático del tipo malware (troyano) que el hacker alojaba en un servidor de descargas de aplicaciones para juegos online", explicó una fuente de la investigación.
Además de intervenir varios teléfonos, la investigación incluyó el análisis de los mails involucrados y los portales atacados, el rastreo de direcciones IP y el estudio de los registros de conexión, lo que arrojó el domicilio porteño donde vivía el hacker con su familia.
El caso está radicado en el Juzgado Nacional en lo Criminal de Instrucción Nº 11, a cargo de la jueza Wilma López.
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