La funcionaria que investiga el crimen de la adolescente reveló que, a su juicio, el episodio tuvo lugar en la portería del edificio de Ravignani 2360.
Buenos Aires.- La fiscal Paula Asaro, que impulsa la investigación por el crimen de Ángeles Rawson, sostuvo este miércoles que el portero Jorge Mangeri "quiso abusar de la chica, pero no lo tenía armado" y por ello la asesinó. Aseguró que el encargado "se vio superado por el hecho" y que el crimen pudo haber ocurrido en la portería. Ahora evalúa imputarlo por la figura del "femicidio".
Así lo manifestó la fiscal en declaraciones publicadas en el portal del Ministerio Público, al sostener que cuando Mangeri reconoció la autoría del crimen, la madrugada del 15 de junio pasado, "no pudo con su culpa" porque "se vio superado por el hecho, debe ser muy fuerte matar a una persona".
"Creemos que el lugar del hecho fue la portería. No lo podemos afirmar todavía, pero estamos cada día más cerca", sostuvo Asaro.
Mangeri es el único detenido del caso y está procesado con prisión preventiva por el delito de homicidio simple según un fallo de la Cámara del Crimen.
"Mangeri no pudo con su culpa", afirmó la fiscal Asaro al repasar los hechos que tuvieron lugar en la madrugada del sábado 15 de junio, casi cinco días después del asesinato de Ángeles Rawson. El encargado desde hacía once años del edificio de Ravignani 2360 había llegado a la fiscalía llorando, disfrazado de policía, por voluntad propia.
Asaro afirmó que, hasta ese momento, nunca se había imaginado lo que estaba por ocurrir. De hecho, cuando el martes 11 le habían confirmado que el cuerpo sin vida encontrado en una planta del CEAMSE en José León Suárez era el de Ángeles Rawson - a quien buscaban desde la noche anterior -, lo primero que pensó fue "nunca voy a encontrar al culpable".
Sin embargo, durante las últimas horas del viernes y la madrugada del sábado, la declaración testimonial del encargado del edificio comenzó a mostrar una serie de contradicciones. Mangeri confundía los horarios de entrada y salida del edificio, no lograba definir si los malestares que le había provocado una enfermedad al inicio de la semana le habían producido dolor de estómago, de cabeza o un resfrío. Tampoco podía evocar correctamente sus actividades durante los últimos cinco días, ni siquiera donde había pernoctado.
"Odio a la policía", "odio a la justicia" dijo el encargado más de una vez durante su declaración, antes de asegurar que lo habían quemado y picaneado en el trayecto a la fiscalía. También afirmó que el día anterior, a bordo de un Volkswagen Polo negro, lo habían amenazado con una pistola y un cuchillo tipo "Tramontina". Las inconsistencias en el relato obligaron a recordarle las previsiones del artículo 275 del Código Penal referidas al falso testimonio.
La declaración fue suspendida definitivamente para evitar que se autoincriminara, labrándose el acta sin su firma aunque dejando constancia por escrito de lo que había ocurrido durante ese acto.
Posteriormente, a las 5.15 de la mañana, Mangeri pidió hablar a solas con Asaro. Como no es posible declarar frente a un fiscal sin testigos, se sumó el secretario de la fiscalía. Fue entonces cuando el encargado se quebró: "Fui yo".
"Dijo muy convencido la frase. Hasta me dio lástima, se me llenaron los ojos de lágrimas", recordó la fiscal. Sin embargo, en aquel momento Asaro no descartaba que el encargado estuviera "encubriendo" a alguien más.
A raíz de las contradicciones en que había incurrido, sumado a otros elementos de prueba reunidos hasta ese momento, Mangeri fue imputado y quedó detenido.
La fiscal ya contaba en ese momento con las imágenes de las cámaras instaladas en el trayecto desde la escuela a la casa de Ángeles, las cuales mostraban a la adolescente en camino hacia su hogar. También había recibido el testimonio de la empleada doméstica de la familia, Dominga, quien "juró que Ángeles no había entrado al departamento durante esa mañana". Se había descartado así que el crimen hubiera ocurrido en la calle, pero tampoco había tenido lugar dentro del departamento de la familia de Ángeles.
Mangeri, a pesar de haber pedido licencia, había estado presente cuando se realizó el allanamiento en el edificio, dos días antes de que se presentara a declarar. Mientras el equipo de la fiscalía repasaba una y otra vez las imágenes de las cámaras de seguridad de la zona que mostraban a la joven a punto de ingresar al edificio, el encargado había confirmado: "Es la Mumi".
"La noche que vino a declarar no me miraba a los ojos", recuerdó Asaro. Y aseguró: "Creo que fue mejor que lo interrogara una mujer, se sintió invadido muchísimo más en lo que había hecho. Sin embargo, antes de centrar las sospechas en Mangeri, Asaro admite que debió investigar al círculo íntimo de la víctima. "En la televisión ya daban por culpable al padrastro", señala, en referencia a Sergio Opatowski. No obstante ello, carecía de elementos de prueba serios que lo comprometieran.
Una vez que los resultados del hisopado realizado en las uñas de Ángeles revelaron que había ADN del portero, la fiscal asegura que confirmó definitivamente las sospechas que la llevaron a pedir la detención e indagatoria de aquél. "Me quedé helada cuando me comunicaron que las posibilidades de que fuera ADN de Mangeri eran del 99,9 por ciento", relata.
Ante la consulta por el móvil del asesinato, Asaro explica: "Para mí quiso abusar de la chica. Pero no lo tenía armado". La hipótesis de la fiscalía es que el portero convenció a la adolescente para que suba hasta la portería ubicada en el octavo piso.
"Creemos que el lugar del hecho fue la portería. No lo podemos afirmar todavía, pero estamos cada día más cerca". Ángeles se resistió pero, como señaló la última junta médica solicitada por la querella, y que fue adecuadamente ordenada por el Juez, a tal punto que realizó un puntilloso cuestionario de setenta y dos preguntas, su cuerpo fue llevado al container de basura ya sin vida. La dificultad para probar el lugar preciso del homicidio radica en que Mangeri tuvo casi cinco días para limpiar la escena del crimen.
"Se vio superado por el hecho, debe ser muy fuerte matar a una persona. Se empezó a sentir mal, a vomitar. No pudo con su culpa", contó la fiscal. De hecho, así fue consignado por los jueces de la Cámara del Crimen en la confirmación de su procesamiento, concluye Asaro.
Si bien ese Tribunal cambió la calificación del hecho a homicidio simple, todavía se aguardan los resultados del análisis histopatológico de varias muestras obtenidas durante la exhumación del cuerpo y en la autopsia, un entrecruzamiento de llamados telefónicos, entre otras diligencias que podrían confirmar el supuesto de homicidio 'criminis causa' -cometer un delito para ocultar otro-; es decir, se trataría de un asesinato destinado a encubrir un ataque violento de índole sexual.
La fiscal evalúa imputar a Mangeri por femicidio y trabaja sobre esa posibilidad junto con el programa de Género del MPF. Respecto de los hechos, sólo restan verificar detalles para precisar los resultados de la investigación que, en apenas cuatro días, permitió identificar al autor del crimen de Ángeles Rawson.
Ocurrió este domingo a la tarde en el kilómetro 18 de esa traza provincial. En total hay al menos siete personas lesionadas, entre ellas una de mayor gravedad que fue trasladada en helicóptero sanitario al Heca. Intervinieron el Comando Radioeléctrico, varias unidades del Sies y Bomberos de Rosario y otras localidades.
La víctima estaba internada en el hospital Eva Perón de Granadero Baigorria desde el pasado 20 de octubre cuando intentó frenar una pelea a la salida del salón de eventos donde festejó los 15 su sobrina. Después de múltiples golpes, un joven de 19 años le propinó una patada en la cabeza mientras estaba en el piso. Este domingo se confirmó su deceso
Claudina se presentó en el Instituto Médico Legal para reconocer el cuerpo de su hija. "No puede seguir pasando esto, ni en San Lorenzo ni ninguna otra parte del país. Basta”, dijo.
El jefe de la Policía de Investigaciones, Natalio Marciani, confirmó que uno de los detenidos en la noche del jueves fue quien aportó información que les permitió encontrar el cadáver de la joven. “Todos nos hace presumir que la muerte fue cercana al día de la desaparición”, señaló