Betiana Cassella tiene 38 años y hace quince fue diagnosticada con hipertensión pulmonar primaria, enfermedad que la llevó a someterse a un trasplante hoy por la madrugada, en una operación que duró más de ocho horas.
El parte oficial llegó de la mano de Fabricio, su esposo, quien está con ella en la Fundación Favaloro de Buenos Aires. El hombre dio cuenta de que la intervención había sido realizada y que la mamá de su hijo se encontraba con respiración asistida “para que los pulmones agarren fuerza”.
Por otra parte, también explicó que, si bien “ella está sedada”, se encuentra estable aunque en estado crítico y que ahora “sólo queda esperar”.
La joven de nuestra ciudad estaba primera en la lista de Instituto Nacional Central Único Coordinador de Ablación e Implante (INCUCAI) y en dos ocasiones pudo haber sido operada pero por diferentes motivos no llegó a realizarse la intervención quirúrgica.
Es por esto que su familia pidió que se siga orando por su salud y su pronta recuperación: “Sigan rezando y orando desde cualquier religión”, expresó Fernanda, su hermana.