El equipo de Sabella mostró un pobre rendimiento ante el equipo asiático, pero el rosarino apareció con el tiempo cumplido y puso el 1 a 0 final con el que la Selección, que no convence, se mete en octavos.
En su segunda presentación en la Copa del Mundo de Brasil, el seleccionado argentino está igualando 0 a 0 con Irán, en un encuentro correspondiente al grupo F que se está disputando en el estadio Mineirão de Belo Horizonte.
Tras una semana en la que mucho se habló sobre el esquema utilizado frente a Bosnia, Alejandro Sabella optó por volver al 4-3-3, con Fernando Gago y Ángel Di María en el medio, junto a Javier Mascherano, y el tridente Lionel Messi-Gonzalo Higuain-Sergio Agüero en ataque. Enfrente se plantó un equipo con una premisa clarísima, agrupar gente en el fondo para cuidar el arco defendido por Alireza Haghighi.
Frente a una muralla roja que apelaba a una presión intensa y al roce físico para cortar cualquier intento, a Argentina le costó encontrar los caminos para romper el cerrojo. Manejó la pelota a placer, pero no tuvo lucidez en los últimos metros de la cancha. Cuando se encendieron las luces, intermitentes, de los que más dotados, el gol empezó a olfatearse en el Mineirão.
Así, a los 14 minutos Gago puso un pase preciso a espalda de los zagueron iraníes e Higuaín perdió en el mano a mano con Haghighi. Siete minutos más tarde, Di María combinó con el Pipita, que aguantó en el área y cedió para la entrada de Agüero. El derechazo con comba del Kun encontró el manotazo providencial del arquero iraní. Enseguida, un cabezazo de Marcos Rojo, tras un córner desde la izquierda de Di María, salió pegado al palo izquierdo.
De todas maneras, las insinuaciones se fueron haciendo cada vez más esporádicas y lo que a priori asomaba como un trámite, adquirió una complejidad inesperada. Hasta el final de la primera etapa, la única herramienta para llevar peligro fue el juego aéreo. A los 35, ganó Ezequiel Garay, tres un tiro libre de Messi; y sobre la hora lo hizo Federico Fernández, luego de un córner de Di María, pero en ambos casos no le acertaron al arco.
Por la misma vía, los asiáticos, que ejecutaron a la perfección su libreto, generaron su única aproximación riesgosa para Sergio Romero: Jalal Hosseini se elevó más que toda la defensa argentina en el primer palo, conectó un córner de Ashkan Dejagah y su cabezazo salió muy cerca del travesaño.