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Argentinos por el mundo.

Un "Pecho" con gloria...

Junto a Conway y Kobayashi, el cordobés consiguió uno de los objetivos máximos de su carrera al ganar este fin de semana en Le Sarthe...

Foto: Twitter.

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Toyota logra el doblete en su estreno con el Hypercar en las 24h de Le Mans y Pechito López logra su ansiada victoria. Dicen los ‘viejos’ de Le Mans que la carrera elige a sus ganadores, pero en el caso de la tripla del Toyota GR010 Hybrid #7, ninguno de sus pilotos sabía lo que era ganar la general de la mítica prueba hasta este domingo. No habían sido elegidos, a pesar de que durante las tres últimas ediciones pareció lo contrario en varios momentos.

El argentino José María López había estado en tres ocasiones tocando la victoria con las manos para perderla en diferentes circunstancias, todas ellas con una buena dosis de amargura. Este 2021, después de cinco ediciones disputadas, el cordobés ya sabe lo que es dominar Le Mans de principio a fin.

Un problema con el turbo a mitad de carrera en 2020 les hizo perder seis vueltas con sus compañeros del #8, después de que en 2019, con Fernando Alonso en pista, un problema con la comunicación entre el sensor de la rueda delantera derecha y la antena del coche cuando López contaba con dos minutos de ventaja sobre el #8 del español a una hora del final les hiciera perder una victoria que parecían tener en sus manos.

En 2018, el sorprendente relevo nocturno de Alonso hizo que el asturiano recortase en 2h30 más de 1:30 sobre el #7 de López. Y en 2017, en su debut en la prueba, el argentino sufrió un abandono después de que Kobayashi perdiera potencia y no pudiera volver a boxes en un inicio de noche negro para Toyota.

El argentino, tres veces campeón del mundo de turismos con Citroën y campeón del mundo de resistencia en 2019/20 junto a Kobayashi y Conway, añade a su especial vitrina ese trofeo con el que lleva soñando cuatro años, que se ha convertido en casi una obsesión para él y que apenas podía asumir que estaba en disposición de alzarlo al cielo tras su último relevo, a poco más de cuatro horas para el final.

Después de los escarceos iniciales en la primera hora, que castigaron duramente al #8 de Buemi, después de que el Glickenhaus #708 se lo llevase por delante en la primera chicane, el #7 fue consolidando su ventaja desde primera hora de la tarde, aprovechándose de los Safety Car y la presencia del #7 en un tren posterior al caer la noche.

Desde ese momento, pese a que los problemas con la bomba de combustible también llegaron a castigarles, aunque no tanto como al #8 –que completó algunos relevos de solo 3 o 4 vueltas–, y a algunas salidas de pista durante la madrugada, Kobayashi, Conway y López imprimieron un ritmo constante, sólido y sin cometer errores para alzar al cielo el trofeo de las 24h de Le Mans.

La última parada en boxes a 10 minutos del final colocó al #7 dos vueltas por delante después de que el equipo parase al #8 para que rodasen juntos las últimas vueltas en un paseo triunfal ante los 50.000 aficionados presentes este fin de semana en La Sarthe.

En tercer lugar, la batalla entre el Alpine #36 y el Glickenhaus #708 se resolvió en favor del viejo LMP1 del equipo francés, que tuvo mejor ritmo cuando tocaba, pese a parar más veces que sus rivales estadounidenses. Todo ello después del homenaje que se dio Alpine antes del inicio de la carrera con Fernando Alonso y Esteban Ocon.

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