Difícil que haya un vecino en Fighiera que no sepa o no haya escuchado sobre la “Ñata”. Amalia, su nombre de pila, falleció el pasado 14 de junio, pero por su gran y valioso aporte a la comunidad, siempre su obra será recordada y su nombre, honrada como tal.
¿Quién fue “Ñata”? – Para dar respuesta a esta pregunta, su hijo Roberto “Cachi” y el cura párroco Roman Lucero, nos llevan a conocer la vida de quien fuera una gran mujer: Amalia Di Pucci de Teglia nació en Arroyo Seco el 21 de octubre de 1923, siendo sus padres Dante Di Pucci y Genoveva Goy. Vivió durante su infancia en la Zona rural y a los 22 años se casó con Atilio Teglia; allí se vino a vivir a la localidad de Fighiera acompañando a su esposo en la actividad comercial.
Siempre fue una persona muy devota y religiosa, ya que participaba y desarrollaba su fe en la Parroquia La Asunción. Y así, comenzando la década del 60, con un grupo señoras, comienzan la osadía de construir una Iglesia Católica en la localidad de Fighiera. Empresa por demás de complicada ya que no contaban con el apoyo del párroco de Arroyo Seco.
Comenzaron por conseguir la donación del terreno, y junto con una ardua labor de recolección de fondos y la colaboración de toda la colonia se puedo inaugurar así el 9 de septiembre del año 1962. El evento contó con una hermosa fiesta en el galpón del ferrocarril organizada por el grupo de colaboradores de la flamante iglesia.
Años Siguientes se siguieron las obras en las que la Ñata siempre estuvo presente, junto con sus compañeras, como ella decía. Siempre aprovecho la oportunidad para pedir para la iglesia. Recordamos aquella pintoresca anécdota de cuando le pidió al entonces párroco de San Antonio de Padua, Don Pbro. Antonio Griffa la imagen del Sagrado Corazón que hoy engalana una de las hornacinas laterales del templo.
Los años fueron pasando y la Ñata seguía ayudando desde donde podía a la Parroquia. En sus últimos años, ya imposibilitada por su falta de vista, dedicó entonces su vida a la oración ferviente. Todos los domingos era lindo verla entre medio de los chicos de catequesis rezando el rosario, con su cabellera negra azabache y sus hermosos ojos azules que le daban un semblante pacifico y amigable propio de las personas que han vivido y experimentado la presencia de Dios.
El 9 de septiembre de 2022, en una hermosa ceremonia presidida por monseñor Eduardo Eliseo Martín Arzobispo de Rosario, se le reconoció a la Ñata y a todas las compañeras fundadoras por su labor. Los años no vinieron solos, y los achaques de la vida privaron a los feligreses, por un tiempo, de su presencia en la Iglesia.
Pero el 22 de Octubre del 2023 la Parroquia se lleno de alegría al poder conmemorar los 100 Años de una de sus mas fervientes feligresas y de su más incansable colaboradora. Si bien gozaba de buena salud y de una prodigiosa memoria, en estos últimos meses nuestra querida Ñata empezó a decaer.
Y la Incansable colaboradora, la que iba por todos las casas y campos pidiendo para la Iglesia. Emprendió el viaje mas importante de su vida: el de reencuentro con su esposo en la casa del Padre. El día viernes 14 en la tarde, hora de la Miseriocordia, nuestra querida Ñata partió al cielo. Sus restos fueron velados en la Parroquia, esa parroquia que ella vio nacer, crecer y ser lo que es hoy, presencia viva de Dios en medio del Pueblo de Fighiera.
La familia de Amalia Di Pucci de Teglia quiere agradecer las numerosas muestras de apoyo y de cariño recibidas en estos días. Especialmente a la Parroquia Nuestra Señora del Luján, a toda su comunidad y al Padre Román Lucero por su entrega incondicional, demostrando que el amor que sintió la Ñata en vida por su iglesia, le fue devuelto en el momento de partir a su nuevo hogar en el Cielo. También agradecer al semanario "La Posta", quienes se comunicaron rápidamente para reflejar lo que fue nuestra abuela en vida, y homenajearla para que su historia sea conocida por la región. Y por último, a la Comuna de Fighiera y a su Pte Comunal Sr. Lic. Rodolfo A. Stangoni y a toda la comisión, por solidarizarse en nuestro dolor, y respetar la memoria de quien fuera una mujer pionera en su época, luchando día a día por sus convicciones en un mundo forjado por hombres, donde demostró que con fe y con tenacidad, se puede lograr lo que uno desea con su corazón.