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Pesca deportiva en crecimiento en Fighiera

Imagen de Pesca deportiva en crecimiento en Fighiera

Por Juan Pablo Broin

Aquellos amantes de la pesca, se encontrarán con que en los portales web afines se habla y muy bien del desarrollo de esta actividad en auge en la localidad de Fighiera. Tanto que su crecimiento y promoción convierten al pueblo en la Itá Ibaté del sur santafesino.
Jorge Ponce, pescador de toda la vida e impulsor de la pesca deportiva en esa localidad dice que todo comenzó como un juego, “ahora es una salida laboral. Y trato de hacerlo en todas las reglas esenciales de la pesca.” Así es como cada vez más personas lo contactan para que el los pasee por río arriba, entre las islas en la búsqueda de un buen pique.

“Antes Fighiera era un pueblito perdido en el mapa y ahora lo conoce mucha gente que viene a pescar” – dice muy orgulloso al contar que lo contratan personas de Capital Federal, gran Buenos Aires, Córdoba, Entre Ríos y otras ciudades distantes del país. Pero aclara, “yo no les miento a los clientes, cuando me llaman le digo si la pesca está o no; por eso más que clientes, son amigos.”
Jorge recuerda que los tres primeros meses del año pasado, fueron muy buenos en la actividad. Y últimamente con la bajante del rio, la pesca se redujo un poco “porque algunas especies no ingresaron a las lagunas y vallados. Todavía no se ha podido acomodar pero igualmente pesca siempre hay” – argumenta.

Cada viaje que realiza, excursión que generalmente se hace de noche, dura alrededor de catorce horas por grupos de hasta cinco personas en su lancha; “más se complica con las cañas arriba de la embarcación” – explica; “y por lo general las pescas las hago todas embarcadas. Hay gente que quiere que los cruce y los deje algunas horas en la isla aunque soy medio reacio a eso. Prefiero estar yo y ser de guía a la gente.”

Los visitantes que llegan para la pesca, con la técnica bait cast, o sea, con señuelos, arriban en búsqueda del surubí y el dorado; según nos detalla además de informar que ahora se abrió la veda para la pesca del primero mientras que para el dorado, el mismo sigue vedado todo el año porque ha tenido una explotación muy masiva.

Consultado si cada persona que viene es conscientes en la devolución del pescado, Jorge dice que hace un trabajo de explicarles previamente, “a veces algunos se ponen medio negativos ‘mira el viaje que me hago y el costo’ – me plantean. Trato entonces de explicarles y sino, los llevo para otros lados que no hay pique y no pesca” – justifica muy seguro: “el que no acepta las condiciones, esa persona no pesca.”

“Siempre algo van a sacar ya que hay una cantidad de patíes impresionante y grandes que hacen a la emoción del pique. Días atrás vino un hombre de Bs As y antes de subir a la lancha me dice: lo único que quiero es que una vez por todas mí caña se doble. Y terminó con su riel roto al sacar un patí de unos dieciocho kilos. Quedó chocho toda su vida” – cuenta.

Sobre los excursionistas, indica que vienen desde niños de ocho años con sus padres hasta abuelos pero principalmente son grupos de amigos. “Y se arman las competencias arriba de la lancha con las chicanas y todo eso” – agrega tras contar que en diferentes ocasiones, uno sacó un surubí de veintisiete kilos y una raya de ciento cuarenta kilos. Una práctica interesante para realizar río adentro en la toma y devolución de las principales especies que tiene nuestro río Paraná.

COMERCIAL SAN JOSE

Fuente: La Posta Hoy

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