Una oficial de la Policía Metropolitana tuvo que explicar ante sus jefes un insólito accidente doméstico. Su pareja escondió su pistola adentro de la cocina, no le dijo, y ella terminó llamando a los bomberos.
Ocurrió en una casa en la localidad bonaerense de Rafael Castillo, partido de La Matanza. Según publica el blog Policiales Ahora, la mujer en cuestión y su novio tenían por costumbre guardar la pistola de ella dentro del horno por cuestiones de seguridad y avisarse mutuamente de esa acción cuando a alguno de ellos le tocaba salir de la vivienda.
Sin embargo, el pasado 14 de diciembre por la tarde hubo una desinteligencia en la pareja cuando el hombre dejó, como era habitual, el arma -una pistola Beretta PX Storm calibre 9 milímetros- en el horno, pero no pudo comunicarse con la oficial, cuyas iniciales son Y.N, para comentarle la novedad.
Fue así que ella llegó a su domicilio y se puso a preparar la comida, por lo que encendió el horno y enseguida se produjeron varias explosiones que generaron que la mujer de la Metropolitana tuviera que llamar a los bomberos.
Una vez que el personal de bomberos controló las detonaciones y el principio de incendio, revisaron el horno y hallaron el arma de la oficial totalmente inutilizable, ya que el fuego había derretido gran parte de ella y de las municiones que tenía.
De inmediato, la mujer notificó el accidente doméstico a sus superiores en la Comisaría de la Comuna 15 (Agronomía, Villa Ortúzar, Chacarita, Paternal, Villa Crespo y Parque Chas) de la Policía Metropolitana y les aclaró que no hubo intervención judicial, ni policial ni tampoco personas heridas.
De todas maneras, los jefes de la fuerza porteña evalúan sanciones contra la oficial por la destrucción de la pistola reglamentaria provista tras un increíble descuido.
La Defensoría del Pueblo de la localidad en la que se dio la situación reveló que lo que molesta a la denunciante es que "los vecinos comen asado" y que "no hay otro tipo de problema"
"Usuarios enojados" es la página de Facebook que reúne las quejas de los usuarios del servicio de la empresa Güemes, único directo entre ambas ciudades. Desde cucarachas y mugre en las unidades hasta roturas de los coches a mitad de camino aparecen en el menú de reclamos.
La actividad solidaria terminó en un gran escándalo cuando se descubrió el intento de robo.
Un abuelo repartió billetes de 200 pesos a los pasajeros del tren Sarmiento, con destino a la localidad bonaerense de Moreno, y el insólito gesto se viralizó en forma inmediata en las redes sociales. "La plata estaba envuelta en un papel, todos pensamos que estaba pidiendo alguna colaboración", dijo un testigo.