Gran parte del conurbano bonaerense, Entre Ríos, Corrientes, Misiones y el sur de la Patagonia continuaban con alerta amarilla. En algunas ciudades se registraban marcas térmicas bajo cero.
La región central del país vivirá un fin de semana primaveral con marcas térmicas máximas que rondarán entre los 25 y 29 grados, situación impensada dos días atrás cuando se registraban temperaturas bajo cero y más de la mitad del territorio nacional se encontraba bajo alerta amarilla por frío, dado el impacto que éste puede tener en la salud de la población.
El pasado lunes, trece provincias argentinas tenían vigentes advertencias de nivel amarillo “por temperatura extrema: frío” emitidas por el Servicio Meteorológico Nacional (SMN) dado que se considera que las temperaturas registradas en las áreas cubiertas por las alertas pueden ser peligrosas o causar efectos en la salud de niños, niñas y personas mayores y con enfermedades crónicas.
Los sucesivos ingresos de aire proveniente del sur, junto a un centro de alta presión que se ubicó sobre el centro del país, provocaron que “tuviéramos días muy muy fríos” al principio de la semana, precisó en diálogo con Télam Cindy Fernández, meteoróloga del SMN.
Con una temperatura real absoluta de -22,5 grados el lunes, la localidad de Perito Moreno, en Santa Cruz fue el lugar más frío del país, seguida por ciudades patagónicas como Maquinchao (-13); Paso de Indios (-11.7); San Antonio Oeste (-11.2); El Calafate (-10.5) y Gobernador Gregores (-10).
Una situación meteorológica similar ocurrió el martes pasado, jornada en la cual, si bien la Patagonia fue la región más afectada, se advirtieron marcas térmicas bajo cero en varias localidades bonaerenses y de la región central de la Argentina.
“Desde hoy, el sistema de alta presión se comenzó a desplazar hacia el océano Atlántico dejando lugar al avance de fuertes vientos del sector norte que provocará que la circulación de aire cambie” y generará un aumento en las marcas térmicas, detalló Fernández.
“Ingresa mucho viento del norte, de hecho, hay alertas por viento del norte en varias provincias”, apuntó la especialista, y agregó que se trata de “aire más cálido” y que “esta situación se va a mantener casi sin cambio durante varios días”.
“Vamos a tener varios días seguidos con vientos del norte y el aire cálido llegando incluso hasta parte norte de la Patagonia, por ende, las temperaturas van a ir subiendo ya que se combina con varios días de buen tiempo y cielo despejado”.
En consecuencia, “las temperaturas van a aumentar rápido y vamos a estar llegando -sobre todo el viernes y el sábado, que es cuando se va a estar dando el pico máximo de temperatura- a valores que en el centro del país van a rondar entre los 25 y 29 grados”, agregó Fernández.
Esta situación provocará, también, aumentos en las marcas térmicas en el norte de la Patagonia con máximas estimadas en 16 grados y en el noreste argentino con temperaturas de 35 grados en Formosa, parte de Salta, el norte del Chaco y de Santiago del Estero, y 32 grados en varias ciudades correntinas.
Las condiciones meteorológicas indican que hasta el viernes se registrarán jornadas con “bastante amplitud térmica”, es decir, mañanas frescas y tardes más cálidas, detalló la especialista.
Fernández remarcó que estas situaciones “no son atípicas, hemos tenido situaciones similares prácticamente todos los inviernos, no es raro que tengamos cambios marcados de temperatura”.
Por otro lado, la especialista remarcó que “en los últimos años, hay una clara tendencia a que las temperaturas estén por encima del promedio” y que estas situaciones son consecuencia “del cambio climático que, entre otras cosas, provoca estos tipos de incrementos”.
“Es posible que, en el futuro, estas irrupciones de aire cálido sean cada vez más frecuentes o es posible que alcancen valores cada vez más altos”, sentenció la meteoróloga.
En este sentido, ejemplificó que “cada vez son menos frecuentes las heladas. La última vez que se registraron temperaturas bajo cero en la Ciudad de Buenos Aires fue en 2011, hace trece años”, y remarcó que una de las consecuencias directas del cambio climático es el aumento de temperatura.
“En Argentina, en particular, se advierte un aumento de las temperaturas mínimas”, agregó.
A principios de junio, el SMN emitió un informe que rige para los tres meses siguientes en el que advirtió que hay una “mayor probabilidad” de que se registren, en promedio, temperaturas superiores a las normales en las regiones del Noroeste (NOA), Cuyo, Litoral y el este de Buenos Aires.
En tanto, en las provincias de Córdoba y La Pampa, el oeste de Santa Fe y oeste de Buenos Aires se prevén valores normales o superiores a los normales.
Con tanto cambio de temperatura provocado por una climatología tan cambiante es frecuente que se recurra al aire acondicionado, sistemas de calefacción o ventiladores para lograr una hábitat confortable. Pero, ¿qué consecuencias tiene para la salud el uso de estos sistemas de ambientación?
Para el médico clínico Ramiro Heredia, “lo que genera el frío es una disminución de las defensas. Al respirar, ingresan al cuerpo partículas, virus, bacterias y distintos agentes que nuestro sistema respiratorio e inmune intentan eliminar”.
Según este especialista del Hospital de Clínicas, dentro de nuestro sistema respiratorio tenemos vellosidades que funcionan como una gran cinta transportadora de todo lo que se deposita sobre ellas, estos vellos funcionan sincrónicamente llevando todo a nuestra boca.
Pero cuando hace frío ese aparato es menos eficiente: “esa menor eficiencia genera que se acumulen más partículas, que a su vez acumulan más virus y bacterias que llegan a la vía respiratoria baja porque no la expectoramos como deberíamos, y eso genera que nos enfermemos más”, explicó.
De acuerdo a lo manifestado por Heredia, no hay evidencias de que los cambios abruptos a los que nos veremos expuestos esta semana afecte nuestra salud, pero sí lo hace exponernos a muy bajas temperaturas.
“Nos enfermamos con el uso del aire acondicionado”, dijo.
Las bajas temperaturas pueden “generar tos y un montón de síntomas que son una causa muy importante del deterioro de nuestra calidad de vida y de nuestro sueño nocturno como así también ausentismo laboral con la baja de productividad y lo que implica”, concluyó.
Para la dermatóloga pediatra infantil Jimena Martínez, “los cambios bruscos de temperatura, además de deshidratar la piel pueden provocar que los vasitos sanguíneos de la piel se dilaten generando telangiectasias”, un tipo de arañas vasculares o dilataciones de capilares pequeños y de los vasos superficiales que provocan lesiones de color rojo brillante.
La especialista explicó a Télam que cuando la piel no está adecuadamente humectada no funciona como debería la barrera de la piel.
“Con el frío se puede deshidratar. A los pacientes que tienen este tipo de tendencia les puede aparecer sabañones en los dedos, la punta de la nariz o en las orejas, o lesiones rojo violáceas que duelen y son bastante molestas”, advirtió.
Según la dermatóloga, se recomienda mantener la humectación que la piel perdió con los cambios bruscos de temperatura, para ayudar a que la dermis cumpla adecuadamente su función de barrera, y cubrirse la nariz, orejas y dedos para que no estén en contacto directo con el frío.
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