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Nota de La Posta Hoy

"El Galponcito": Un dispositivo trabajado con profesionalismo y mucho corazón

La iniciativa, funciona en "La Copa de Leche" de calle Independencia al 2000. Agrupa a niños y adolescentes fundamentalmente del barrio Virgen del Lujan y San Francisco, involucrando también a sus familias. Lo que empezó como un proyecto interinstitucional, hoy se convirtió en una propuesta que da soluciones y acompaña cubriendo necesidades hasta básicas en la población, con tres profesionales a cargo y trabajadores que aportan su gran grano de arena.

El espacio funciona en La Copa de Leche (Independencia al 2000)

El espacio funciona en La Copa de Leche (Independencia al 2000)

“El Galponcito”, así comenzó a ser llamado el lugar en donde martes por la mañana y jueves por la tarde, un grupo de profesionales se vienen encontrando con niñas, niños y adolescentes del barrio Virgen del Luján y San Francisco. Los martes por la mañana, asisten quienes acuden a la escuela por la tarde, siendo en su mayoría edades que rondan entre los 5 y 9 años (nivel inicial y primera etapa del primario), mientras que los jueves por la tarde, quienes asisten a la escuela en el turno mañana. En este caso, las edades rondan entre los 10 y 13 años (segunda etapa del primario). En total, hay un remanente de aproximadamente 40 niños que participan, incluidas sus familias.

El dispositivo barrial de acompañamiento a las infancias y adolescencias inició siendo un proyecto interinstitucional entre la Escuela "Ceferino Namuncura" N°2055, el Centro de Salud "Ramón Carrillo" y el área de Desarrollo Social y Cultura Municipal en el mes de mayo del año 2021. El mismo, comenzó como una estrategia de abordaje y contención ante el contexto de pandemia declarado por la OMS debido al contagio de Covid-19. Con el correr de las jornadas compartidas y la permanencia del trabajo en el territorio, se fueron creando y fortaleciendo lazos de cooperación y reconocimiento mutuo entre los profesionales y la comunidad. Esto, produjo que se instale un nuevo modo de trabajo y de interacción, priorizando lo lúdico como una herramienta que fue habilitando nuevas formas de encuentro y comunicación.

De esta forma, se fueron creando talleres y actividades con un marco de continuidad que han ofrecido modos de instituir “ceremonias mínimas”, las cuales logran tornarse de cierta manera como modalidades subjetivantes para las infancias y adolescencias que forman partes de las mismas. Así, se han ido planteando ideas y planificaciones guías para ir trabajando de acuerdo a las problemáticas que se iban presentando y a los intereses que fueron surgiendo en los niños. Dentro de algunas líneas de trabajo, se han tocado aspectos ligados a la historia del barrio, su ubicación, sentido de pertenencia al mismo; considerando la historia de algunos aspectos de la vida como un medio de suma importancia para la construcción de identidad y reconocimiento. "Esto lo hemos extendido a considerar conocer la localidad en la que vivimos y también su historia, 'hacernos un mapa para encontrarnos'", comentaron al respecto desde el principio, aseverando que "fuimos creando propuestas a través de diversos lenguajes (lúdicos, narrativos, artísticos) para trabajar transversalmente los contenidos, desde una perspectiva que considera a los niños que allí asisten como sujetos de derecho y constructores de ciudadanía".

A medida que se enriquecen las actividades y los intereses que las orientaban, el espacio comenzó a requerir de ciertos andamiajes institucionales para posibilitarlas. Por ejemplo, contar con un medio de transporte que les permita recorrer espacios de la ciudad, materiales didácticos, reacondicionamiento del espacio físico, conectividad para promover acceso a recursos digitales, trabajo conjunto con otras áreas de la municipalidad,entre ellas el museo, así como espacios públicos como la biblioteca, entre otros.

Desde "El Galponcito", apelan además a la intersectorialidad, considerando una oportunidad priorizar los programas y acciones que profundicen esta mirada acerca de la inclusión, por lo que las experiencias articuladas con otros suelen ser potenciadoras, favoreciendo la accesibilidad a espacios y actividades, vehiculizando el ingreso a experiencias primordiales para el desarrollo, la vincularidad, el disfrute, y escenarios elementales relacionados a sus derechos como niños.

Desde el espacio, destacaron el trabajo previo a "El Galponcito" de José González, el profe tan querido de los talleres descentralizados que dictó clases en el espacio y forjó las bases de esta iniciativa, junto a Eduardo Sánchez y Evangelina Giovacchini, pioneros los tres en la generación de encuentros y trabajos en el barrio. Actualmente, el plantel fijo está conformado por María Pia Aeschlimann (psicóloga), Leonela Gaudio (psicóloga), y Evangelina Giovacchini (docente), sumado a otros actores municipales, escolares y de otras instituciones.

Hace poco, los chicos de "El Galponcito", presentaron en la despedida de año una revista producida por ellos, denominada "La Gaceta El Galponcito", gracias a la ayuda de Carlos Stenta, Coordinador del Museo, demostrando que . crecimiento de este espacio de amor no tiene techo.

Fuente: La Posta Hoy, edición 922

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