En un establecimiento de salud las puertas se abren solas y las cajas se caen de las estanterías. Trabajadores del lugar aseguran que se trata del espíritu de una trabajadora que se suicidó en el lugar.
El miedo se inoculó en el cuerpo de los trabajadores del Hospital Rawson, de San Juan. Puertas que se abren solas y cajas que se caen de sus estanterías, son sólo algunas de las señales que da el fantasma: una enfermera que se suicidó en el lugar y que, vestida de blanco, recorre los pasillos.
Tras la mudanza al nuevo edificio, el archivo es la única oficina que no se trasladó. Allí hay poco personal, con mucho miedo: “Hay gente que vio a una enfermera, le dicen Blanca (por su vestimenta) y se cree que es la que se suicidó en la zona de consultorios externos”.
Tal vez, sea alguno de los tantos muertos que hubo en el Rawson. “Dicen que acá funcionó la morgue después del terremoto de 1944”, concluyeron los trabajadores, quienes sólo vuelven a respirar con tranquilidad cuando cruzan la puerta de salida y dejan en soledad a Blanca, quien no para de recorrer los viejos pasillos.
Tan extendido temor parece estar relacionado con creencias religiosas, mitológicas y leyendas históricas.
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