Cuando una mujer se siente débil, siempre hay alguien que le dice “quizás estés anémica”, para rematarla con un “¿estás comiendo carne?”. Lejos de los mitos, la realidad es que es una enfermedad muy frecuente.
Los números nos alertan. En Argentina, según varios estudios y encuestas, hay aproximadamente un 30% de la población con anemia. Esta cifra varía según la edad, el sexo y las diferentes regiones del país. Además, está entre las diez enfermedades más frecuentes en el mundo y es la causa más común de consulta en clínica médica.
La anemia consiste en la disminución del hematocrito (porcentaje de la sangre representada por glóbulos rojos) y/o de la hemoglobina por debajo de los parámetros normales. Esto desencadena una desproporción de energía corporal necesaria para hacer las actividades cotidianas.
Se suele decir que una persona “está anémica”: ¿es un estado que viene y se va? “Depende de la causa”, responde a Entremujeres la doctora Andrea Rossi, del servicio de hematología de la Fundación Favaloro. “Si la anemia es por falta de hierro (que es la razón más frecuente) cuando la persona aumenta la ingesta de alimentos ricos en hierro o toma hierro como medicamento la anemia ‘se va’. Si la causa es hereditaria, la persona tiene una anemia que la acompañará toda su vida”, sentencia la especialista.
En los casos en que la enfermedad “se va”, ¿cuánto dura? “El tiempo de respuesta al tratamiento depende de la causa, de la gravedad de la anemia (hay leves y graves) y de la edad del paciente. Si la persona es joven y lo que falta es hierro, generalmente al mes se obtienen buenos resultados”, explica Rossi.
Mujeres, a prestar atención
La anemia es más común en nosotras que en los hombres, en especial cuando estamos en la edad fértil y durante el embarazo. “Las mujeres con período menstrual de más de tres días son más propensas a padecerla, al igual que toda persona malnutrida o con pérdidas ocultas de sangre”, explica la doctora Alicia Vilaseca, hematóloga y jefa del servicio de hematología de la Clínica San Camilo.
No comer carne: ¿una moda peligrosa?
“La falta de ingesta de carnes rojas es la primer causa de anemia en lactantes y niños, fundamentalmente por razones socioeconómicas. En la mujer adulta, la menstruación es la causa más frecuente”, aclara Andrea Rossi.
“La dieta vegetariana no necesariamente provoca anemia ferropénica (por falta de hierro). No obstante, como la mejor manera de absorber el hierro es a través de las carnes rojas (mejor biodisponibilidad), si una mujer que ya esta anémica por sus menstruaciones no ingiere carnes rojas probablemente su anemia sea grave”, alerta la doctora.
Hay otros motivos que nos pueden llevar hacia la anemia. “Son la diabetes, la insuficiencia renal, las enfermedades hepáticas, las enfermedades del intestino, las enfermedades de la tiroides, las enfermedades reumáticas, el HIV/SIDA, el cáncer, la falta de vitamina B12 (dieta vegetariana absoluta), la falta de ácido fólico u otros nutrientes, las enfermedades hereditarias y las grandes pérdidas de sangre”, enumera Alicia Vilaseca.
Los primeros síntomas
* Astenia (cansancio).
* Tendencia al sueño.
* Disnea (falta de aire o dificultad para respirar).
* Palidez.
* Mareos.
* Dolor de cabeza.
* Irritabilidad.
* Desgano.
* Falta de apetito.
* Arritmia.
* Falta de concentración.
* Disfunción sexual.
* Depresión.
¿Cómo se detecta?
Se diagnostica con un simple análisis de sangre que permita conocer los niveles de hematocritos, hemoglobina, ferremia y ferritina, que orientan sobre la posible carencia de hierro. Este estudio es uno de los controles que deberíamos incluir en nuestra agenda. Se recomienda hacerlo anualmente en personas de entre 20 y 39 años, y cada 6 meses en mayores de 40 años.
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