Un hombre de 63 años recibió un llamado en la madrugada del sábado en el que delincuentes le dijeron que tenían secuestrado a uno de sus hijos.
Buenos Aires.- En medio de una "ola" de secuestros virtuales en Capital Federal, donde en lo que va del año ya se registraron 600 denuncias, un hombre murió de un infarto al recibir una llamada advirtiéndole que tenían secuestrado a uno de sus hijos.
Ocurrió cerca de las 4.30 de la madrugada de este sábado en Parque Avellaneda, cuando un hombre de 63 años que se encontraba durmiendo con su esposa fue sorprendido con un llamado de delincuentes que le aseguraban que tenían secuestrado a uno de sus hijos.
Al principio, la pareja intentó comunicarse con su hijo quien a esa hora ya había salido a trabajar pero, al no poder comunicarse, fue más creíble la extorsión.
La mujer alertada sobre esta metodología delictiva, pero con la incertidumbre de que podría tratarse de un secuestro real, decidió llamar a la policía. En ese momento, su marido, que no poseía antecedentes de problemas cardíacos, se descompuso y murió en el acto.
La familia estaba compuesta por el matrimonio y dos hijos. La Policía, que estudia el origen de la llamada, por el momento descarta que haya salido de una cárcel.
Un automovilista falleció tras un vuelco cerca de Carcarañá y la mano hacia la provincia vecina debió cortarse a media tarde. El episodio vial grave se suma al que sufrió una familia en la “curva de la muerte” de la ruta 33
Seis de los agentes son de la brigada motorizada y uno de la seccional donde ocurrió el hecho el pasado viernes en horas de la tarde. El caso es investigado por el fiscal José Luis Caterina.
Fue encontrado este viernes en horas del mediodía por empleados de la planta del Centro Ambiental de Tratamiento de Residuos, en Las Palmeras y Uriburu. Según el dictamen del médico policial, se trataba de un niño nacido a término, con una data de muerte de entre 12 y 24 horas
Se trata de un vecino de la localidad de Alvear que al ser allanado se resistió y rozó de bala a un policía. La fiscalía sospecha que desvió gran parte de su armamento en forma ilícita, en una maniobra similar a otras ya detectadas en una causa por “compras de paja” o prestanombres