El portero del edificio en el que vivía la adolescente asesinada en 2013, acusado por el crimen, afirmó durante el juicio que lo amedrentaron para que se haga cargo del homicidio.
El portero Jorge Mangeri denunció en el juicio que se le sigue por el crimen de Ángeles Rawson que fue amenazado por policías para que se hiciera cargo del homicidio y acusó a la fiscal que instruyó el caso, Paula Asaro, de haberse burlado de él.
En su declaración indagatoria ante los integrantes del Tribunal Oral en lo Criminal 9 porteño, Mangeri dijo que la primera amenaza la recibió la mañana del jueves 13 de junio del 2013, dos días después del hallazgo del cadáver, cuando salía del edificio de Ravignani 2360, de Palermo, donde trabajaba como encargado.
Según su relato, en ese momento un hombre que se hallaba dentro de “un auto oscuro” lo interceptó y lo amenazó: “Hijo de puta, sabés lo que tenés que hacer. Andá a declarar y hacete cargo o te va a pasar lo peor”.
Luego, acusó directamente a la policía y dijo que al día siguiente, el viernes 14 de junio, lo subieron a un patrullero, lo esposaron, lo encapucharon, le pegaron y lo quemaron, mientras lo amenazaban para que se hiciera cargo del homicidio de la adolescente.
De acuerdo con su relato ante los jueces, Mangeri insistió en que también fue “apretado por un comisario o un subcomisario” cuando se hallaba en la fiscalía de Asaro, esa misma noche.
Según Mangeri, este jefe policial le dijo (lo que le tenía que decir a la fiscal): “Yo sé lo que pasó. Que (Ángeles) me provocaba, que las chicas de esa edad calientan la ‘pava’, que era una histérica, que lo había provocado, que luego no quiso y eso me puso como loco”.
“Me dijo que tenía que llamar a la fiscal y confesar (eso), y que si no lo hacía, iba a ir presa mi mujer”, agregó el portero a los jueces, ante quienes aseguró que el policía le dijo que “para que no sea tan alevoso, le diga a la fiscal que ‘se me fue la mano’ “.
“En un momento pensé que me iba a pegar”, afirmó Mangeri respecto del policía que supuestamente lo estaba amenazando.
“Pensando en mi esposa, les dije que si ellos pensaban que había sido yo, que estaba bien. Me esposaron y me llevaron a Homicidios”, dijo respecto a la madrugada del sábado 15 de junio, cuando ya estaba en calidad de detenido.
Un colectivo de la empresa Laguna Paiva que trasladaba oficiales a Rosario fue atacado en el ingreso a la ciudad desde la autopista a Santa Fe. No hubo heridos
Este lunes por la tarde autoridades del establecimiento educativo N°68 de la vecina localidad alertaron sobre el hallazgo. Personal de la Brigada de Explosivos informó que el artefacto no tenía poder de fuego y se procedió al secuestro de una nota amenazante.
El episodio tuvo lugar alrededor de las 21.30, en la comisaría 17ª, ubicada en zona de Gorriti al 5600, frente al Nuevo Hospital Iturraspe. Según explicaron los guardias, los integrantes del grupo rompieron el cerco perimetral lindero. Así llegaron a los techos de la dependencia, rompieron el enrejado de la esquina sudoeste de uno de los pabellones y lograron concretar la huida en una camioneta blanca.
A partir de un aviso, la policía lo halló minutos antes de las 8. Por el estado, en principio no pudieron determinar si se trataba de un hombre o una mujer. Al lugar arribó la Policía de Investigaciones y el Gabinete Científico Forense