Tres delincuentes irrumpieron en Ocampo al 5600, Rosario. Luego de dominar al propietario y a los empleados se dirigieron a la casa de un familiar del empresario de donde se llevaron el botín.
Tres hombres armados irrumpieron ayer en un fábrica de ataúdes de la zona oeste de Rosario y tras golpear y reducir al dueño y los empleados se dirigieron a la casa de un familiar del empresario,ubicada en la parte trasera del predio. De allí se llevaron una suma de dinero estimada en 50 mil pesos, tres armas de fuegos, alhajas, joyas y unos 200 gramos de oro, entre otros elementos.
Fuentes policiales indicaron a La Capital que el asalto ocurrió en Ocampo 5600, una fábrica de sarcófagos cuyo titular es Pedro C., de 66 años. La planta posee dos golapones ubicados uno frente al otro Alrededor de las 15, tres hombres armados ingresaron al galpón principal, el que figura en el número 5660, y redujeron al dueño y a los empleados que estaban en ese momento. l.
Los voceros relataron que los hampones actuaron con violencia ya que el Pedro C. recibió un golpe en la cabeza. La secuencia del asalto prosiguió con el dueño de la fábrica reducido y conducido hacia la parte trasera del predio, donde tiene su casa el nieto de Pedro.
Entonces, los delincuentes redujeron también a los familiares de Pedro y se apoderaron de una importante suma de dinero, dos escopetas y un pistolón, alhajas, joyas, una computadora portátil y varias camisetas de Rosario Central.
La investigación, que comenzó hace más de un año, tenía como objetivo comprobar la existencia de un establecimiento rural en la localidad de Mercedes donde, según denuncias, se mantenía a empleados en condiciones precarias
La víctima presenta quemaduras en brazos, piernas, muslos, manos y espalda. Denunció haber sido atacada con ácido por un hombre hace dos semanas
El estudio del cuerpo de la criatura determinó las ausencia de signos de abuso y maltrato físico. Las lesiones en la parte genital eran producto de una dermatitis. Presentaba una otitis avanzada.
Sucedió en la ciudad de Santa Fe. La persona que tomó el crédito es el propietario del local comercial en el que estaba el teléfono de la víctima. El fallo ordenó el cese del cobro a través de una billetera virtual.
“La pérdida nos hizo un daño tremendo porque dejamos de hacer ese trabajo que tanto nos apasiona”, remarcó José, uno de los referentes del espacio junto a Analía