La mamá lo había reclamado en una nota publicada en el diario La Capital, el único modo que disparó una respuesta satisfactoria. Le pedían 7.700 pesos extra.
Rosana Fernandez recibió ayer un llamado sorpresivo que le trajo cierto alivio. Si bien quedó a la espera de más información, su interlocutora le dijo que no deberá pagar 7.700 pesos, sólo por Gina. La voz en el teléfono se presentó como referente del área Legales de la obra social Jerárquicos Salud (de la Asociación Mutual de Bancos Oficiales Nacionales), el último lugar que la mamá de Gina (seis años) recorrió en su derrotero por lograr la prestación médica para la chiquita, que tiene síndrome de Down. El domingo, La Capital publicó la odisea de la mujer para acceder al servicio. Fue el único modo que disparó una respuesta satisfactoria.
Rosana había decidido contar su historia a través de una carta de los lectores en el diario a la que le puso como título "¿Por qué tanta discriminación?". Después, la nota de este medio generó una repercusión enorme. Fue tuiteada y retuiteada por el creador de la organización no gubernamental Red Solidaria, Juan Carr, el periodista Jorge Rial y el actor Facundo Arana. Y, finalmente, llegó hasta la obra social en cuestión.
En el llamado de la asesora legal, cerca de las 13 de ayer, le indicaron que el presidente de Jerárquicos había decidido incluir a Gina sin el pago de cuotas extras, aunque quedaron en enviarle más información vía correo electrónico, lo que le sigue generando ciertas dudas a la mujer. "Estoy a la expectativa; espero que se cumpla la palabra que escuche", sostuvo Rosana. No era para menos, entre otras cuestiones también le solicitaron que presente toda la documentación sobre la nena, a lo que la mujer respondió: "Ya lo hice en junio. Ustedes tienen los papeles".
El peregrinar la llevó en los último tiempos por media docena de obras sociales, prepagas y mutuales a partir de diciembre de 2011, cuando decidió dejar la Obra Social de Viajantes Vendedores de la República Argentina (Andar), cansada de la negativa a pagar el tratamiento fonoaudiológico de su hija.
Según publicó este diario, el primer año lo abonaron "a los tropezones", el segundo tuvo que mandar una carta documento y el tercero hacer una denuncia en la Defensoría del Pueblo de la Nación.
Las expectativas de Rosana se desvanecían con el paso de las semanas. En algunos casos, después de conocer la situación de Gina no volvían a llamarla, en otros le señalaban que con sus aportes patronales y personales alcanzaba a cubrir el plan del grupo familiar, pero por la pequeña había que pagar "cuotas extras". Al parecer, esa cuestión quedó salvada a partir de la decisión de Jerárquicos de incluir sin el pago de mayores montos a la chiquita cuya mamá lucha contra la discriminación.