Miles de personas salieron a celebrar la clasificación de Argentina a la final del Mundial. Mucho más ruido que en las anteriores celebraciones de este torneo. No es para menos, la copa está a la vuelta de la esquina, después de 24 años.
Rosario.- No importó que al último penal lo convirtiera un jugador de Newell’s. En Rosario festejaron todos. La gente ganó las calles inmediatamente después de que Argentina se colocara, después de 24 años, en la final de un Mundial. El epicentro, como siempre, el Monumento a la Bandera.
En todos y cada uno de los barrios de la ciudad estallaron los gritos, las bocinas, las cornetas. Todo lo que hiciera ruido. Algunos se quedaron en su cuadra. Otros, muchos, partieron en procesión hacia Córdoba y Belgrano.
El Monumento se tiñó de celeste y blanco rápidamente. Miles de personas dieron rienda suelta a su alegría por estar otra vez a las puertas del título en una Copa del Mundo. Y en Brasil, nada menos.
Tras igualar sin goles en tiempo reglamentario y en la prórroga, la Selección ganó 4-2 la definición desde los 12 pasos. Sergio Romero contuvo dos penales y fue el artífice de la clasificación.