La víctima es un joven de 20 años y el acusado es “un hermano” que, hasta hace pocos días, prestaba servicio en las instalaciones del Pequeño Cottolengo “Don Orione” situado sobre Ruta 21 a la altura del kilómetro 12 de General Lagos. Los testimonios en el marco de la investigación fueron tomados por el Centro de Ayuda a las Víctimas de Delitos Sexuales de la ciudad de Rosario y asimismo y en lo que refiere a la congregación, se aplicó el protocolo que antecede en estos casos.
El Pequeño Cottolengo “Don Orione” de General Lagos alberga a 104 residentes, está dotado de cuatro pabellones y cuenta en su haber con 100 empleados. Actualmente está dirigido por el Padre Aníbal Quevedo que asumió en funciones en marzo de este año. Cuyo último destino fue prestar servicio en provincia de Tucumán y hoy además está encargado de similar tutela en la ciudad de Rosario.
Entre los internos que tiene la institución hay un muchacho de 20 años que padece cierto retraso madurativo, que denunció primero en su entorno y luego en la justicia, acompañado por el Padre Aníbal y la Coordinadora Técnica del Cottolengo, que un religioso de la congregación había abusado de él.
Inmediatamente, vale decir también, que al llegar la noticia a la dirección del Cottolengo, se comunicó la situación a la sede en Buenos Aires y desde este lugar se ordenó aplicar el protocolo que urge en estas situaciones y el religioso, del cual no se dio a conocer públicamente su nombre, fue apartado de sus funciones y momentáneamente se encuentra en Buenos Aires.
Por el testimonio de una de las empleadas del Cottolengo, se venían observando situaciones anormales en el comportamiento tanto del acusado como de la presunta víctima. “Es como que lo tenía comprado al chico”, “una vez le regaló un celular, a la semana una Tablet”, “le compraba cerveza y él (chico) no comía en el hogar porque se iba a comer con este “hermano y cuando se iba a comer, se ve que pasaban cosas y él le daba de tomar al chico”, fueron algunas de las frases vertidas por esta mujer que prefirió que mantengamos en reserva su nombre pero que se animó a hablar y a no ser cómplice de algo que esperaba que finalmente pueda salir a la luz.
De la misma manera aseguró: “Yo estoy muy cerca de donde él trabaja y yo he visto que él estaba manoseando a otro chico” y agregó: “Al chico que yo ví que manoseó, es un chico que no se sabe defender y no se sabe expresar”. Dijo también que se lo comunicó a su encargada pero que ambas no sabían qué hacer porque “por ahí no te creen o te dicen que vos ves cosas que no son lo que parece”. Pero que ahora con la denuncia de este joven sospechan que este tipo de situaciones quizás se venían repitiendo probablemente también con otros residentes del hogar.
Esta misma empleada fue la que ratificó que el presunto abusado envió mensajes de WhatsApp el fin de semana pasado tanto a su psicóloga como a otras personas que prestan tareas en el Cottolengo donde él mismo asiente: “El hermano J. abusó de mí” y dándo crédito de ello, todavía conserva el audio como prueba fehaciente de un hecho al que considera aberrante. Más aún porque para las empleadas los internos del hogar son “como sus hijos”. Y ejemplificó: “Imaginate que muchas de nosotras pasamos 8 horas días en el hogar y hay chicas que hacen doble turno, casi viven ahí. Conocemos todas sus mañas”, sonrió al contarlo.
Ahora la justicia será la terminante para decidir si se continúa con una investigación para tratar de darle más claridad a los hechos ya que el lunes próximo después de las declaraciones pronunciadas en Tribunales de Rosario, la fiscal de la Unidad de Delitos contra la Integridad Sexual Nora Marull ya tenía asignado el caso.
El Comunicado oficial desde el Cottolengo
Ante la reciente denuncia de un hecho que habría acaecido recientemente entre un residente de nuestro querido Cottolengo de General Lagos y un religioso que vive y trabaja pastoralmente allí, entendemos necesario expresar a la comunidad las medidas implementadas, como aquellas acciones realizadas, que se orientaron en la búsqueda de la verdad.
Entre las medidas implementadas, de manera inmediata, se aplicó el “Protocolo para denuncias sobre abuso sexual de menores o de personas vulnerables, que involucren a un miembro de la Pequeña Obra de la Divina Providencia, en la Provincia Nuestra Señora de la Guardia”.
Estas normas indican los pasos que deben darse en el marco de la ley para actuar ante denuncias de esta naturaleza. Una de las primeras medidas que se adoptaron, por disposición de la autoridad religiosa competente, fue el inmediato traslado del religioso en cuestión, de manera preventiva, para facilitar la investigación.
Posteriormente dos religiosos, designados a tal efecto por el Superior Provincial, iniciaron la investigación canónica preliminar, en la Sede del Cottolengo. Recibieron varios testimonios de los empleados de la Institución como así también escucharon con especial detenimiento lo dicho por el residente en cuestión.
Al comenzar esta semana el Director Religioso y la Coordinadora Técnica del Pequeño Cottolengo acompañaron al residente al Área de Investigación en Violencia de Género, Sexual y Familiar de Rosario para radicar la denuncia correspondiente.
De esta manera las autoridades del Cottolengo se han colocado a disposición de la justicia, presentando el tema ante la autoridad competente para que actúe dentro de la ley. En todo momento los equipos de profesionales acompañaron al residente, lo que siguen haciendo durante todo este tiempo.
Unidos a la preocupación de toda la comunidad, renovamos nuestro compromiso de caminar siempre en la verdad y la Justicia. En el día de la fiesta litúrgica de nuestro fundador San Luis Orione, le pedimos que nos acompañe y fortalezca en el quehacer cotidiano de manera que “en todo lo que hacemos, decimos y enseñamos hagamos brillar siempre la virtud, mostrándola deseable y digna de ser seguida”.
General Lagos, 16 de mayo de 2018