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“Los Tiburones” y un Jueves Santo muy especial

Este Jueves Santo el párroco de Arroyo Seco: Padre Pedro, lavará los pies de doce personas con discapacidad de los llamados “tiburones”. La liturgia será oficiada en la Parroquia La Asunción de la ciudad de Arroyo Seco a las 20 horas

Foto: Gentileza Patricio Huerga

Foto: Gentileza Patricio Huerga

Arroyo Seco.- Este Jueves Santo el párroco de Arroyo Seco: Padre Pedro, lavará los pies de doce personas con discapacidad de los llamados “tiburones”. La liturgia será oficiada en la Parroquia La Asunción de la ciudad de Arroyo Seco a las 20 horas

El Jueves Santo es una fiesta cristiana que se celebra el jueves anterior al Domingo de Resurrección, dentro de la Semana Santa, y que abre el Triduo Pascual. En este día la Iglesia Católica conmemora la institución de la Eucaristía en la Última Cena y el Lavatorio de los Pies realizado por Jesús.

El símbolo del “lavado de los pies”

En la cultura judía, el lavado de los pies a los huéspedes o visitas, era una labor que debía realizar un sirviente de la casa cuando llegaba algún invitado, en señal de hospitalidad.

Cuando el Evangelio de San Juan relata que Jesús decide lavarle los pies a sus discípulos, nos ofrece un testimonio de la vocación al servicio del mundo y de la Iglesia.

En esta parte de la misa resalta la importancia tan grande que tiene el servicio al prójimo.

Pero antes de comenzar la Cena Cristo "... sabiendo que el Padre le había puesto todo en sus manos y que había salido de Dios y a Dios volvía, se levanta de la mesa, se quita sus vestidos y, tomando una toalla, se la ciñó. Luego echó agua en un lebrillo y se puso a lavar los pies de los discípulos y a secárselos con la toalla con que estaba ceñido." (Jn 13 3-5)

Al igual que los apóstoles, en especial San Pedro, nos quedamos asombrados, como Cristo que tiene todo el poder y que es Dios se pone al servicio del hombre. Un Dios que lava los pies a su criatura. La realidad es que Dios mismo quiere recordarnos que la grandeza de todo cuanto existe no reside en el poder y en el sojuzgar a otro, sino en la capacidad de servir y al darse dicho servicio se da gloria a Dios. Cristo mismo ya se lo había dicho a los discípulos: "... el que quiera llegar a ser grande entre vosotros, será vuestro servidor, y el que quiera ser el primero entre vosotros, será esclavo de todos, que tampoco el Hijo del Hombre ha venido a ser servido si no a servir y a dar su vida como rescate por muchos." (Mc 10, 43-45)

Fuente: Patricio Huerga

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