Por Juan Pablo Broin
Sin lugar a dudas que las cuestiones referentes a las fumigaciones en zonas rurales pero muy próximas a las urbanas, es algo que no ha dejado afuera a los habitantes de Fighiera. No obstante, con la vigencia de una ordenanza sobre la materia, la Comuna redobla los esfuerzos en cuanto a los controles en aplicaciones de agroquímicos en su jurisdicción.
¿Qué prohíbe y que permite la ordenanza? – para ello consultamos a Juan Carlos Perezutti, Ingeniero Agrónomo, contratado por la comisión comunal para la implementación de esa legislación. El profesional primeramente dejó en claro que la ordenanza, vinculada a la ley provincial, prohíbe la aplicación de agroquímicos en los treinta primeros metros fuera del límite agronómico y extiende su control hasta los quinientos metros.
O sea, hasta el medio kilómetro, la Comuna funciona como órgano controlador para permitir y prohibir las fumigaciones según determinadas consideraciones. “Y ese límite agronómico en Fighiera abarca zona urbanas, semiurbanas y centros recreativos que estén alejados como es el predio del arroyo Pavón” – manifestó.
“Antes de cualquier aplicación de producto fitosanitario, el productor tiene que presentar una solicitud en la Comuna con recetas agronómicas, productos a utilizar, dosis, y una vez presentado, teniendo el permiso correspondiente, se define el momento de su aplicación bajo condiciones ambientales adecuadas” – indicó el ingeniero que resaltó la importancia de la velocidad y orientación del viento y el factor humedad y temperatura asegurando así que lo aplicado disminuya los efectos negativos en el medioambiente y en la salud de las personas.
Mencionó incluso como ejemplo, la existencia de un productor en esa localidad que aguarda mejores condiciones de viento desde hace ocho días para aplicar, dado los vientos sudestes que afectan Fighiera y son muy cambiantes. Y finalmente, “en el momento de la fumigación, se controla el producto en su preparación” – agregó informando que es él en persona quien hace esa supervisión.
Perezutti recordó que la ordenanza, en consonancia con el ámbito provincial, prohíbe todas las aplicaciones aereas hasta los mil quinientos metros de la zona poblacional; y en consecuencia los métodos permitidos son por aplicación terrestre: autopropulsados o de arrastre. Y consultado si la legislación local prohíbe el uso del glifosato, indicó que no, excluyéndolo de una lista de productos prohibidos que figuran en uno de los artículos de ordenanza.
El ingeniero indicó que no puede prohibirse el uso del glifosato simplemente porque no está prohibida su producción y mencionó que hay productos en el mercado, peores que el de referencia.
Perezutti aconsejó al vecino que antes de la aplicación de cualquier químico, incluyendo herbicidas, se acerquen a la Comuna para asesorarse y actuar como corresponde. E indicó que de esa manera, en un trabajo junto a la persona se pueda conseguir acciones y soluciones concretas; “se entiende que se trate de controlar el crecimiento de las malezas porque luego tenemos un campo o terreno que generará otros problemas, pero debe hacerse de la manera adecuada y con el permiso correspondiente.” En ese caso, recomienda usar ese terreno para otras producciones agroecológicas, por ejemplo.
Así también, el profesional expresó que ante la presencia de fumigaciones u aplicaciones de químicos cercano al área urbana de la que un vecino sea testigo, lo más importante es que se dirija cuánto antes al edificio comunal para realizar la denuncia respectiva. Y por último, manifestó que la concientización y educación sobre esta temática es algo que debe considerarse a diario hasta lograr el mejor bienestar tanto sea de los vecinos como de los productores.