El pasado lunes se produjo un episodio que generó fuerte malestar en el área de Tránsito y, por extensión, en distintos sectores de la administración municipal. Según testigos, la directora de Desarrollo Social, Natalia Spadoni, reaccionó de manera desmedida cuando inspectores de tránsito le labraron un acta por estacionar en doble fila frente a la Escuela Santa María Goretti.
La funcionaria, visiblemente ofuscada, habría increpado a la inspectora que confeccionó la multa, exigiéndole nombre, apellido y número de legajo. De acuerdo con los relatos, hubo insultos, gritos y amenazas, en una escena que dejó desconcertados a los presentes.
El acta “desaparecida”
Como es habitual, las actas de infracción se remiten al día siguiente al Tribunal de Faltas, donde la jueza Julia Acosta evalúa cada caso. Sin embargo, hasta el cierre de esta edición, el expediente en cuestión no había llegado a esa oficina, lo que despierta sospechas de una posible “desaparición” de la multa.
Entre el personal de tránsito circula un profundo malestar, tanto por la situación vivida por su compañera como por la condición de la acusada: una funcionaria pública que, remarcan, “debería dar el ejemplo”.
Un antecedente más en el gabinete de Tonelli
El hecho se suma a otros episodios de denuncias por malas formas y maltrato que ya salpican al gabinete del intendente Daniel Tonelli.
• Mario Elisei, ex Obras Públicas, fue señalado por insultos y gestos obscenos hacia una empleada. No recibió sanciones, sino que fue trasladado a otra dependencia.
• Cristian Rojas protagonizó amenazas contra una familia en el barrio Cáritas.
• Mariano Athie, secretario de Salud, fue acusado de amedrentar a su personal tras la filtración de una foto de mercadería vencida en los galpones del ferrocarril.
• Márquez, Spina y Petta. Al inicio de la gestión también fueron denunciados. No hubo mucha trascendencia sobre estos casos, pero sí se supo que un agente de control urbano denunció al coordinador de seguridad Carlos Márquez, y también hubo denuncias de particulares contra Marisa Spina, encargada de tránsito.
Ahora es el turno de Spadoni, que ya acumulaba cuestionamientos por su gestión al frente de Desarrollo Social, acusada de no dar respuestas a vecinos con necesidades y de desplantes hacia quienes acudieron al área en busca de ayuda.
Un caso con agravantes
Lo que para algunos podría parecer una simple infracción de tránsito, se agrava al considerar que Spadoni tiene a su cargo programas sensibles como el Punto Violeta, espacio de referencia para la defensa de los derechos de las mujeres. Lo que estamos hablando no es nada más ni nada menos que de violencia de género, porque la amenaza y el maltrato se ejercieron contra otra mujer y este cuestionamiento es inevitable.
La situación deja en entredicho la idoneidad de la funcionaria, sobre todo teniendo en cuenta que toda la planta política de la Municipalidad debió capacitarse en la Ley Micaela, que promueve la perspectiva de género en la función pública.
Por estas horas, el episodio genera ruido político y expone nuevamente la estrategia del Ejecutivo, que ha optado en reiteradas ocasiones por minimizar los conflictos internos en lugar de aplicar sanciones ejemplares.