La semana pasada tomaba estado público, mediante una nota de tapa publicada por este semanario, una situación degradante que sufrió una agente de la Dirección de Tránsito Municipal, quien resultó maltratada por Natalia Spadoni en plena calle 9 de Julio al 100. La directora de Desarrollo Social estaba estacionada en doble fila, la inspectora le llamó la atención y le labró un acta; todo indica que eso desató la furia de la funcionaria.
Spadoni, que ya arrastra otros antecedentes por malos tratos que no la favorecen, reaccionó enojada y le solicitó de mala manera nombre y número de legajo a la trabajadora, que lo único que hacía era cumplir con su tarea ante una falta de tránsito.
La encargada del Punto Violeta, que en su discurso cotidiano manifiesta respaldar y defender el trabajo y los derechos de las mujeres, atentó contra esta empleada municipal a los gritos en plena calle, dándole a entender que cómo iba a multarla a ella, siendo autoridad del municipio.
Lo cierto es que el acta se labró, lleva la rúbrica de la agente municipal y tendría que haber llegado al día siguiente al Tribunal de Faltas Municipal para ser juzgada. Sin embargo, no fue enviada de inmediato. Al cierre de la edición anterior de La Posta Hoy, la Dra. Julia Acosta todavía no la había recibido. Recién llegó varios días después del episodio infortunado y escandaloso protagonizado por la directora de Desarrollo Social.
Pero esto no es todo. Tras conocerse este suceso de no más de 10 días atrás, otra situación que la tuvo como protagonista también trascendió y se confirmó: el 3 de marzo, el auto de Natalia Spadoni fue remitido al corralón municipal.
El relato da cuenta de que el coche fue demorado por personal del Comando Radioeléctrico en calle Belgrano, casi Hipólito Yrigoyen. Al volante iba su hijo, menor de edad y sin licencia de conducir. Ante esto, se convocó a Tránsito Municipal para labrar el acta y disponer la remisión.
Al tanto de la circunstancia, Spadoni se presentó en el operativo. Pero no fue contra la policía, sino que exigió “nombres y apellidos” a los inspectores municipales en una actitud intimidatoria. Incluso, se supo que trató de recurrir al Coordinador de Seguridad, Carlos Márquez, para evitar que le retuvieran el vehículo. Sin embargo, el Comando reafirmó su procedimiento y el auto fue trasladado al corralón.
Spadoni no tuvo vergüenza, ni siquiera un poco. Tal es así que, según datos que llegaron a este semanario, Márquez le brindó un acto benevolente a la funcionaria. Como no quería abonar por el servicio de acarreo, y custodiada por un efectivo policial, fue ella misma quien condujo su auto hasta la esquina de Rivadavia y Cardozo, donde quedó a resguardo.
Spadoni sigue sumando, pero de las malas. Y es parte de un equipo: quienes deberían dar el ejemplo son los que peor se comportan. Parece que el poder hace perder la cabeza, al punto de llegar al maltrato, la avivada y el abuso de autoridad. No queremos representantes de esta calaña… Y el mensaje también salpica al intendente Daniel Tonelli y a todo su equipo: de este tipo de situaciones ya no se puede dejar pasar ni una más, “ni una menos…”.
Donde funciona el merendero "Copa de Leche" y el dispositivo barrial "El Galponcito", en la intersección de los barrios San Francisco y Virgen del Lujan, la secretaría de Salud y Desarrollo Social que encabeza Mariano Athie y Natalia Spadoni decidió no reponer el servicio de internet y wi-fi para el espacio. Inicialmente la red se dañó, pero ante las consultas para repararla, el Estado local decidió sacar el abastecimiento definitivamente, cortando un insumo importante no sólo para el trabajo de las docentes y profesionales que allí asisten, sino también para los vecinos que solían utilizarlo para tener conectividad, con lo importante que esto es en la actualidad.
En otro acto de autoritarismo insólito, Pablo Petta, quien presta colaboración en el área de Obras Públicas desde hace un año, pasó de monotributista a empleado municipal contratado. El dirigente que siempre criticó a Daniel Tonelli y fue férreo opositor, vendió su dignidad por un cargo y ahora apunta a quedar en la planta municipal, ya que al pasar a esta condición está "haciendo carrera" dentro del Estado. Un capítulo más de este circo llamado "Tren Fantasma"...
La Municipalidad envió a inspectores para acelerar el proceso de demolición de una construcción que corresponde a la ampliación de la vivienda que está pegada al Museo Municipal. Según afirmaron desde el Estado local, no se puede edificar en ese espacio. La familia que allí habita ya había tenido conflicto con la propiedad hace 7 años, cuando la empresa de trenes NCA había querido desalojarla.