La víctima es una joven de 24 años, quien permanece internada en el Hospital del Quemado. La chica sufrió serias lesiones en su rostro, luego de que dos hombres arrojaran el explosivo a la puerta del local bailable
Una joven, identificada como Miguela, fue víctima de un acto vandálico el domingo a la madrugada en la entrada de un boliche en el barrio porteño de Constitución, que hizo que perdiera su embarazo, al sufrir graves quemaduras.
La chica encuentra internada en grave estado en el Hospital de Quemados, adonde ingresó con el 8% de su cuerpo quemado, es decir casi el rostro completo.
Todo comenzó cuando Miguela, junto a su hermano (Oscar) y una amiga estaban por ingresar al boliche y dos jóvenes pasaron y arrojaron, sin mediar palabra, una bomba molotov.
"Me tiré arriba de ella, le apagué el fuego y le saqué la ropa. Ella me gritó 'Oscar, estoy embarazada, sálvame la vida'. Ahí me quemé la mano", relató el hermano.
Luego del ataque, la vícitima fue llevada al Hospital Durand, donde le realizaron una operación de alto riesgo y perdió un embarazo de entre uno y dos meses. El hermano también dio cuenta de la falta de reacción del personal de seguridad del boliche. ""Ni una mano movieron, ni un vaso de agua y ni sacaron el matafuegos", explicó.
Un automovilista falleció tras un vuelco cerca de Carcarañá y la mano hacia la provincia vecina debió cortarse a media tarde. El episodio vial grave se suma al que sufrió una familia en la “curva de la muerte” de la ruta 33
Seis de los agentes son de la brigada motorizada y uno de la seccional donde ocurrió el hecho el pasado viernes en horas de la tarde. El caso es investigado por el fiscal José Luis Caterina.
Fue encontrado este viernes en horas del mediodía por empleados de la planta del Centro Ambiental de Tratamiento de Residuos, en Las Palmeras y Uriburu. Según el dictamen del médico policial, se trataba de un niño nacido a término, con una data de muerte de entre 12 y 24 horas
Se trata de un vecino de la localidad de Alvear que al ser allanado se resistió y rozó de bala a un policía. La fiscalía sospecha que desvió gran parte de su armamento en forma ilícita, en una maniobra similar a otras ya detectadas en una causa por “compras de paja” o prestanombres