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Rosario: Tiró plata y joyas desde el balcón tras un nuevo secuestro virtual

Una mujer de 70 años fue víctima de una modalidad que no tiene freno. La llamaron a las tres de ayer a su casa diciendo que su hijo estaba secuestrado y no dudó en acceder al pedido de los embaucadores.

Buenos Aires al 1700, donde se erige el edificio en el que vive la víctima.

Buenos Aires al 1700, donde se erige el edificio en el que vive la víctima.

Rosario.- Alba tiene 70 años y es vecina de la plaza López, en el macrocentro de la ciudad. Ayer, pasadas las 3 de la mañana, se convirtió en una nueva víctima de un secuestro virtual. Fue cuando recibió un llamado telefónico en cual un hombre se hizo pasar por su hijo y le dijo que estaba secuestrado y que le apuntaban con un arma de fuego. En completo estado de desesperación y angustia la mujer siguió las instrucciones que le daban por teléfono, entre ellas la de no cortar la comunicación. En ese marco tomó el dinero que tenía y algunas joyas, puso todo en un monedero y lo arrojó por el balcón. Entonces vio como dos jóvenes se marchaban con el botín. Luego llamó a su hijo y éste le respondió que estaba durmiendo en su casa sin haber vivido rapto o situación delictiva alguna.

El hecho se conoció tan sólo 24 horas después de que cuatro personas, entre ellos dos integrantes de la comunidad gitana, aceptaran penas de entre 3 y 5 años de prisión en un juicio abreviado por cometer ocho secuestros virtuales (ver página 31 de edición de ayer).

Alba vive en uno de los edificios que rodean a la plaza López, más precisamente sobre Buenos Aires al 1700. Cuando pasadas las 3 de la mañana de ayer atendió el teléfono escuchó una voz que mezclaba angustia con quejidos desgarradores. "Mamá, soy yo. Me están apuntando con un arma", escuchó. Pronunció automáticamente el nombre de su hijo y ahí cayó en la trampa del secuestro virtual. El interlocutor le dijo que lo tenían retenido y que por favor, por nada del mundo, cortara la comunicación porque lo iban a matar. Le pidió que juntara el dinero que tenía sin especificar una cifra, que reuniera las joyas y que en una bolsa las arrojara por el balcón. Alba cumplió al pie de la letra. Puso el dinero y las alhajas en su monedero y lo arrojó. Desde el balcón vio como dos muchachos recogían el botín y se marchaban. Cuando dijo por teléfono que había cumplido, nadie le respondió. Llamó a su hijo y lo despertó. Estaba en su casa. El próximo llamado fue a la comisaría 4ª para radicar la denuncia.

Maniobra repetida. "Por lo general el engaño comienza con un llamado telefónico de un número desconocido y quien llama informa que alguna persona ha sufrido un accidente, pidiendo generalmente datos de su obra social, para luego dar otro número a fin de que se comuniquen con otra persona que les va a dar mas detalles, el cual enfáticamente afirmará que se trata de un secuestro", explicó ayer una fuente consultada sobre el mecanismo de los secuestros.

"En la mayoría de los casos es la propia víctima la que sin darse cuenta aporta detalles de los datos que los delincuentes afirman de manera genérica, sobre situaciones que pueden ser comunes, haciendo que la víctima crea que los supuestos secuestradores cuentan con datos ciertos y puntuales sobre la integración familiar y movimientos de la casa", explicó.

"Si bien los delincuentes llaman a números telefónicos elegidos al azar, puede ocurrir que ya cuenten con alguna información de la persona que recibe la comunicación, llamándolo por su propio nombre o apellido. Los que se conocen son los «secuestros exitososo», pero las bandas que realizan estos ilícitos realizan muchas tentativas que no son denunciadas. Hoy en día resulta de fácil acceso por internet conocer cuál es el número telefónico que corresponde a una dirección puntual y cuál el nombre y apellido del titular de la línea, por lo que los delincuentes pueden contar con esa información de antemano, aún sin conocer a quienes están llamando", indicó.

Recomendaciones. En agosto pasado, el fiscal Marcelo Vienna, a cargo de la Unidad Funcional de Expedientes con Imputados no Invidualizados (Fiscalía NN), sugirió una serie de recomendaciones para dificultar la concreción de secuestro virtuales. Entonces se sugirió "guardar la calma" y ante la duda "cortar la comunicación inmediatamente". Si se tiene acceso a otra línea telefónica "comunicarse con la supuesta víctima y luego contactarse con la seccional policial más cercana al domicilio o al 911, aún cuando le exijan que apague todos los otros teléfonos".

También sugieren "nunca decir nombres o aportar otra información sobre el grupo familiar que pueda ser utilizada por los delincuentes, aunque el interlocutor afirme ser policía, ya que por lo general los delincuentes dicen que se encuentra accidentado o que capturaron a «un familiar», sin precisar la identidad".

Más sugerencias: "Siempre dar aviso a la policía antes de entregar efectos de valor". Si la llamada es cobro revertido "verificar antes de aceptar la llamada si se trata de algún conocido". En el caso de haber aportado a los maleantes códigos de tarjetas telefónicas, "no tirarlas aunque así se lo exijan. Entregarlas a la policía ya que de esa manera se puede rastrear al autor o cómplices del delito".

Fuente: La Capital

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