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Chabás: 28 obreros despedidos por el cierre de una planta aceitera

Conflictos y pérdida de fuentes laborales. Para el gremio se trata de una maniobra meramente especulativa porque se presenta un mercado favorable para el sector.

La sorpresiva medida de la empresa generó la protesta con quema de cubiertas ante la industria aceitera.

La sorpresiva medida de la empresa generó la protesta con quema de cubiertas ante la industria aceitera.

La empresa Ricedal Alimentos cerró la planta aceitera que está sobre la ruta nacional 33 en el ingreso a Chabás por motivos de "índole económica y financiera que se erigen desde hace un extenso tiempo sobre la actividad" que allí se desarrolla, según indican los telegramas de despidos que recibieron los 28 trabajadores de la firma, que ayer se vieron impedidos de ingresar al establecimiento para cumplir con sus tareas laborales.

No obstante para el gremio es una "maniobra meramente especulativa porque —a diferencia de lo planteado— se presenta un mercado favorable para el sector". La sorpresiva medida generó malestar y derivó en una protesta con quema de cubiertas ante la industria que produce aceite de soja y derivados como harina.

"Estamos para defender nuestras fuentes de trabajo y nos mantendremos firmes hasta lograr que la empresa retome sus actividades y nadie quede en la calle", advirtieron los delegados gremiales Leonel Zuliani y Pablo Lucero tras considerar "arbitraria" la decisión tomada por la empresa.

Trabajo a pleno. ras resaltar que "la planta estaba trabajando a pleno, por lo que resulta llamativo que la hayan cerrado bajo el falaz argumento de que los números no cierran", consideraron lo sucedido como una suerte de "especulación" de cara a las paritarias que se avecinan además de una especie de "represalia" en respuesta a las negociaciones que se venían efectuando para intentar acordar con la empresa el pago de convenios salariales incumplidos.

"No es la primera vez que la firma actúa así ante una demanda gremial que lo único que persigue es lograr que los trabajadores cobren lo que les corresponde", resaltaron los representantes sindicales en alusión a conflictos similares de años anteriores que tuvieron como resultados la reapertura de la planta fabril, como publicó oportunamente LaCapital.

Amenazas. Zuliani y Lucero además revelaron que en esta ocasión "nos amenazaron con que nos iban a cesantear a todos si insistíamos en reclamar el cobro de atrasos remunerativos, por lo que lo denunciamos ante el Ministerio de Trabajo pero hoy (por ayer) nos hallamos con la desagradable sorpresa de que concretaron lo planificado aunque sin tener en cuenta que estamos dispuestos a luchar hasta las últimas consecuencias en defensa de nuestra empleo".

"Esto no es más que una repuesta al reclamo por la deuda que la empresa tiene y que representa entre 15 mil y 20 mil pesos por empleado, además de que se acercan las paritarias y pretenden condicionar la negociación salarial", insistieron, y resaltaron que la paralización de la fábrica, cuya sede central está en Venado, también impactará en la económica local ya que la aceitera genera trabajo en forma indirecta a terceros.

Ricedal asegura que debió cerrar la aceitera al ser "inviable" continuar sus operaciones productivas por "falta de rentabilidad".Y, según los telegramas de despidos, dice que para evitar lo ocurrido se procuraron en los últimos años "planes de retiros voluntarios, adelantamiento de vacaciones, pagos fraccionados de premios de la Federación de Aceiteros, celebración de acuerdos sindicales en el procedimiento preventivo de crisis e inversión en infraestructura".

"No obstante —se aclara— ninguna de las alternativas intentadas logró permitir la sustentabilidad de la explotación en el establecimiento atento que la actividad, en el entorno de los costos que obstenta, no es rentable y menos competitiva con las empresas del mercado, todo lo cual la torna definitivamente inviable". Además garantiza a los despedidos que les abonará "con gran esfuerzo las indemnizaciones". Para hoy, a las 10.30, hay una audiencia en el Ministerio de Trabajo con la intención de encontrar alguna salida.

Pedido. Ante los despidos en Ricedal, la diputada provincial y vecina de Chabás, Miriam Cinalli, pidió al ministro de Trabajo, Jorge Triacca; al de Agroindustria, Ricardo Buryaile, y a sus pares provinciales, Julio Genesini, de Trabajo, y de Producción, Luis Contigian "la urgente intervención para hallar una solución", al tiempo que ingresó un proyecto en la Legislatura santafesina.

Paros y ceses de actividades en empresas de la región

El comunicado del jueves pasado del cierre de la empresa Ar Zinc, radicada en Fray Luis Beltrán generó un nuevo zimbronazo a la serie de conflictos de empresas en la región, como Alcal de Firmat donde hace una semana sus operarios están de paro en reclamo del pago de sueldos atrasados desde diciembre. A ello se suma el cierre hace un tiempo de la también fábrica de implementos agrícolas Meyde SRL. Y además, también en Firmat, la incertidumbre por la delicada situación financiera que pasa la fábrica de cosechadoras Vassalli Fabril.

En Beltrán, pese a las gestiones de la intendenta Liliana Canut ante el Ministerio de Trabajo provincial para buscar una solución por Ar Zinc, hoy la realidad es cruda: carpa negra, barreras bajas y operarios en la puerta de la empresa. Canut detalló que Ar Zinc es la principal generadora de ingresos tributarios para el municipio.

Los dirigentes sindicales el sábado pasado determinaron un paro de actividades en la región, para este miércoles, y un estado de debate permanente.

Daniel Santillán, secretario general Sindicato Unico de Trabajadores Químicos y Petroquímicos (Sutraqyp), expuso dijo, hace unos días, que “hace tres años que la empresa dejó de hacer inversiones, para ellos ya no es rentable el tema del zinc; más allá de la crisis, la decisión de ellos ya era cerrar la empresa, se la querían sacar de encima”.

Desde la década del 90 —recordada en la zona por el cierre o achicamiento de muchas empresas y la pérdida de miles de puestos laborales— que una industria de la magnitud de Ar Zinc no cerraba sus puertas. La excepción podría ser Petroquímica Capitán Bermúdez.

Fuente: La Capital

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