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En un lote baldío una mujer levantó cuchas comunitarias para los perros callejeros a los que cuida con devoción. El lunes por la mañana encontró que en el predio arrojaron picadillo de carne mezclado con veneno para ratas.
La evidencia. El veneno para ratas fue mezclado con picadillo de carne.
Según publica Diario El Sur de Villa Constitución, la aparición de picadillo de carne mezclado con veneno para ratas frente a unas cuchas comunitarias ubicadas en la cortada Combatientes de Malvinas, casi esquina San Luis, alarmó a los vecinos del barrio y en especial a María Cristina Zerón, quien brinda especial cuidado a los perros callejeros. También se preocupó Maricel Bianco, empleada en una empresa de la zona y quien se contactó con Diario EL SUR para dar cuenta de lo sucedido e informar que a pocas cuadras de allí una perrita presentó síntomas de envenenamiento y finalmente murió, por lo que se sospecha que ambos casos están relacionados. Todo ello ocurrió el lunes.
“Estoy muy mal porque no sé quién pudo haber hecho esto, son cosas que no se hacen”, expresó con la voz quebrada, a punto del llanto María Cristina. Aunque los perritos que duermen en las cuchas comunitarias que ella levantó no habrían llegado a ingerir el veneno, el sólo pensamiento de la posible masacre conmueve a esta mujer. “Yo vine a la mañana temprano como vengo siempre a ver los perritos y me encontré con una latita de picadillo con veneno de ratas, del tipo triguito, y lo junté”, explicó señalando que la preparación no sólo estaba dentro de la lata sino dispersa por el predio.
“Había varios montoncitos y los fui juntando, mirando con la linterna y metiéndolos en la latita”, detalló esta mujer que cuida de una media docena de perros que “hace como 10 años que están acá”. Cabe destacar que las cuchas se encuentran en un lote propiedad de la abogada María Oliva que permitió gentilmente esta construcción. En tanto hasta el cierre de nuestra edición se esperaba por el resultado del monitoreo que estaban realizando dos veterinarios “para saber si los perritos comieron el veneno porque es de acción muy lenta y tarda hasta cuatro días”, indicó María Cristina.
El temor no es sólo el daño que pudo haber causado el veneno a los perros sino también a niños del barrio ya que “a veces vienen chicos a jugar acá. ¿Qué hubiera pasado si un chico pensando que era picadillo lo agarra y se lo come? Hubiera sido terrible”, se indignó María Cristina. En tanto Maricel Bianco comentó que “en el Náutico apareció el lunes por la noche una perrita vomitando sangre. Llamaron a un veterinario, la medicó con suero, pero me dijeron que después murió”. Por tal motivo sospecha que se pudo haber distribuido veneno por distintos lugares de la zona. “También me dijeron que en calle Colón, una perra con dueño, había comido veneno”, agregó preocupada.
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