Dolor, rigidez y otras manifestaciones persiguen a quién la padece.
La artrosis es una enfermedad que lesiona el cartílago articular y origina dolor, rigidez e incapacidad funcional. Habitualmente se localiza en la columna cervical y lumbar, en la articulación del hombro y de los dedos de las manos, la cadera y la rodilla.
Es una afección crónica que afecta principalmente a sujetos mayores. Se la considera como degeneración de la articulación y recientemente se ha demostrado que tiene un componente inflamatorio.
El síntoma fundamental de la artrosis es el dolor. Este dolor suele aparecer cuando se exige un esfuerzo a la articulación enferma, bien sea de movimiento o de carga (para las articulaciones de los miembros inferiores y de la columna lumbar). En la progresión de la enfermedad, el dolor puede aparecer durante el reposo o el descanso nocturno.
Varias causas y procesos fisiopatológicos contribuyen a la progresión de la enfermedad articular degenerativa y sirven como desencadenantes de su comportamiento. Tales son la edad, los traumatismos, la sobreutilización de la articulación, la genética, la obesidad, etc. Cada uno contribuye a la progresión de la lesión generando mayor posibilidad de padecer esta enfermedad y peor pronóstico.
¿Qué factores favorecen la aparición de esta enfermedad?
Predisposición genética : Debido a la frecuencia de artrosis en la población general y de su amplia heterogeneidad clínica, la exacta contribución genética a la patogenia de la artrosis ha sido difícil de analizar. Incluso, parece claro que a la frecuencia y severidad de la artrosis pueden contribuir múltiples factores genéticos, y que éstos pueden diferir según la articulación.
Edad: Es un factor de riesgo con clara relación. Como explicación se encuentra el estrés mecánico sobre el cartílago articular y factores concominantes tales como: debilidad muscular, cambios en la propiocepción, etc.
Obesidad: hay evidencia probada de relación entre obesidad y artrosis de rodilla, en la que influyen factores mecánicos asociados a genéticos y metabólicos.
Menopausia: algunos autores relacionan la pérdida de estrógenos con la artrosis debido al aumento de la prevalencia de esta enfermedad en las mujeres postmenopáusicas, aunque es un tema controvertido.
Enfermedades endocrinas: la diabetes mellitus, la acromegalia, el hipotiroidismo y el hiperparatiroidismo pueden favorecer el desarrollo de artrosis.
Los datos fundamentales que permiten el diagnóstico de la artrosis son los síntomas que la persona refiere y las alteraciones que observe el médico al realizar el examen físico de las articulaciones. Los análisis de sangre y orina no resultan alterados por esta enfermedad y solo se utilizan en casos específicos para realizar diagnósticos diferenciales. Es importante considerar los factores de riesgo, ya que el control de los mismos previenen su aparición y progresión.
El Ministerio de Salud también reportó 17 contagios de chikungunya y 3 de encefalitis equina en los últimos 7 días. Además hubo un nuevo fallecimiento por coronovirus: era una persona sin comorbilidades pero con calendario de vacunas incompleto
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