La víctima fue Fabricio Ianni, quien trabaja para una agencia de remises de esta ciudad. Esta mañana vivió un episodio de robo a mano armada. Los ladrones se hicieron pasar por ocasionales pasajeros, le pidieron que los lleve a Rosario y una vez en la vecina ciudad, lo terminaron asaltando.
Eran las 5.30 de la madrugada cuando una llamada ingresó a la agencia para la cual trabaja, se dirigió entonces hasta la esquina de Humberto Primo y Rivadavia; y allí subió a tres adolescentes de entre 19 y 20 años. Eran dos personas de sexo masculino – uno de los presentaba una dificultad física que no le permitía caminar – y otra de sexo femenino.
Los ocasionales pasajeros, dialogaron con Fabricio durante todo el viaje, llegaron a Avellaneda y Casilda; y les pidieron que los alcanzaran algunas cuadras más hasta llegar a Humberto Primo y Formosa. Una vez en este último lugar, los esperaba una cuarta persona. El remisero frena, uno de sus pasajeros baja del automóvil y toma el arma del compañero que aguardaba por su arribo. Sube al auto rápidamente y mientras lo apuntaba, la mujer que estaba sentada en la parte trasera del coche, lo toma por el cuello. Fue entonces que entre el cuarto hombre que estaba allí en el lugar y la persona que, supuestamente, presentaba alguna dificultad motora comienzan a revolver todo el vehículo alzándose así con una billetera, documentación personal de Fabricio, su celular, el nextel del remis y la recaudación de esa madrugada. Es decir, unos 1000 pesos en efectivo. Pero esto no es todo, sino que la persona que simulaba presentar una discapacidad en sus piernas, “salió corriendo” con la rueda de auxilio del remis. Algo insólito y que todavía no podía creer la víctima por lo bien que montaron la escena y lo bien que “actuó” este delincuente ya que él nunca sospechó que se trataba de una banda de ladrones.
Luego de este episodio, le dijeron que diera marcha atrás con el auto y que regresara por donde había llegado. Esto hizo Fabricio y fue entonces que volvió a Arroyo Seco. De regreso nuevamente en esta localidad, se presentó en su domicilio donde le dio cuenta a su señora sobre lo que le había pasado y, poco después, radicó la denuncia del hecho en la seccional 27.