Por Juan Pablo Broin
Inaugurado el pasado 2 de marzo, el autoservicio ubicado en Rivadavia 1066, cuyos propietarios son de nacionalidad china, ha generado el malestar de varios comerciantes de la localidad en materia de competitividad de precios. Lo cierto es que al super chino, en estos quince días, le está yendo bien en sus ventas mientras que otros negocios sufren ese impacto.
Realidad o mito, lo cierto es que muchos consideran que los autoservicios de este tipo tienen precios mucho más accesibles que otros comercios similares. Y si a esto le sumamos, el revuelo que origina su reciente inauguración, es entendible el malestar que varios comerciantes dejaron entrever en las redes sociales sobre el negocio; incluso de algunos vecinos cuestionando la decisión de la Comuna para habilitar su apertura.
Además, una radio local se negó a hacerle publicidad en apoyo a los comerciantes locales.
Lo cierto es que la Comuna no tiene por qué no permitir que se abra este negocio en su jurisdicción que, en definitiva, cumple con todas las condiciones comerciales para tal habilitación. Y de todas maneras, las tendencias de compras es exclusiva de los propios consumidores que tienen el derecho de elegir dónde ir a comprar.
Pero, ¿por qué venden más barato?
Hay varios factores que hacen a esos precios con los que resulta difícil competir para muchos comerciantes; aunque la variedad de marcas no está presente en los supermercados chinos y otros cuestionen temas de higiene casi al borde de juicios discriminatorios.
Solo para mencionar algunos factores; por ejemplo en vinos, los chinos los marcan con un margen menor que los grandes supermercados. Y empresarios del sector, vinculan esta acción como una estrategia comercial para captar clientes y vencer prejuicios; considerando que quien viene a comprar el vino seguramente se llevará otras cosas para su alacena.
Los comerciantes chinos, en su mayoría empleando a familiares, no son tan estrictos a la hora de cumplir con todas las exigencias en materia laboral e impositiva. Y de esta manera, los impuestos estatales sobre esta cuestión no son tan fuertes como lo es para otro comercio que debe pagar los jornales a sus empleados.
Y además, los chinos forman pools de compra y logran una escala y negocio en mejores condiciones. Esto permite que los pocos proveedores existentes en el país para este tipo de autoservicios, garanticen precios muy bajo para el consumidor final.