Lo denunciaron trabajadores que participan en la obra del nuevo pabellón de presos de la Unidad Carcelaria Nº 3 de la ciudad de Orán.
Salta.- En pleno debate por la inseguridad, la provincia de Salta se vio inmersa en un escándalo luego de que se descubriera que un pabellón penal estaba siendo construido con ladrillos huecos, en una acción que contradice todos los requisitos de seguridad para el control de presos.
Los obreros que trabajan en la obra atribuyeron la colocación de los endebles bloques a un incumplimiento de la contratista, Galli Construcciones. Sin embargo, la compañía deslindó responsabilidades en la elección del material.
La titular de la empresa, Laura Galli, garantizó que trabajaron según lo que indicaban las especificaciones establecidas en los pliegos del concurso de precios 23/14. Y esto fue confirmado por el diario El Tribuno, que al revisar el pliego comprobó que en el artículo tercero se pidió a los oferentes que coticen la mampostería del nuevo pabellón penal con ladrillones cerámicos huecos de 18x18x30 centímetros.
Lo que dice el pliego es inexplicable, si se tiene en cuenta que, para evitar posibles fugas, las edificaciones carcelarias son estructuras que cuentan con muros realizados con bloques de concreto, ladrillos macizos y mamposterías armadas con refuerzos de mallas aceradas.
La cárcel de la ciudad de San Ramón de la Nueva Orán es la segunda en importancia en la provincia de Salta. Allí se construye un nuevo pabellón comunitario para 50 internos.
La obra, presupuestada en $1.876.097, empezó a edificarse el 8 de septiembre y tienen un plazo de 180 días. De momento los obreros denuncian atraso en los pagos e incluso despidos. Todo en medio del revuelo que generó la revelación de que el pabellón penal se construía con ladrillos huecos.
La Defensoría del Pueblo de la localidad en la que se dio la situación reveló que lo que molesta a la denunciante es que "los vecinos comen asado" y que "no hay otro tipo de problema"
"Usuarios enojados" es la página de Facebook que reúne las quejas de los usuarios del servicio de la empresa Güemes, único directo entre ambas ciudades. Desde cucarachas y mugre en las unidades hasta roturas de los coches a mitad de camino aparecen en el menú de reclamos.
La actividad solidaria terminó en un gran escándalo cuando se descubrió el intento de robo.
Un abuelo repartió billetes de 200 pesos a los pasajeros del tren Sarmiento, con destino a la localidad bonaerense de Moreno, y el insólito gesto se viralizó en forma inmediata en las redes sociales. "La plata estaba envuelta en un papel, todos pensamos que estaba pidiendo alguna colaboración", dijo un testigo.