Luego de una seguidilla de crímenes en Rosario que derivó este domingo por la noche en un cacerolazo en reclamo de paz, el ministro de Seguridad reiteró que el gobierno no cambiará su política carcelaria, pese a las amenazas. “Venimos de un período de varios años donde se permitió que los detenidos hicieran lo que querían y eso se terminó”, aseveró