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¿Hay que suspender el antibiótico cuando ya nos sentimos bien?

En contra de décadas de consejos médicos, una profesora de la Universidad de Sydney afirma que si los síntomas de una infección leve ya no se sienten, se puede detener el tratamiento.

Foto: Imagen Ilustrativa

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Desde muy chicos, la mayoría de nosotros hemos aprendido que cuando se empieza a tomar un antibiótico por un dolor de garganta, un resfrío o alguna infección siempre debemos terminar el tratamiento que nos dispuso el médico, aún después de ya sentirnos bien. La razón, esgrimida con insistencia por nuestros padres, es que algunas bacterias podrían sobrevivir si no se completa el tratamiento, lo que haría inevitablemente que retorne el malestar. Es una máxima de la medicina, que nadie parece contradecir... hasta ahora.

Hace algunos días, la profesora Gwendolyn Gilbert, de la Universidad australiana de Sydney, escribió un artículo, publicado en la Revista Médica de Australia, donde asegura que la suspensión del tratamiento de antibióticos para infecciones leves cuando ya nos sentimos bien, no aumenta el riesgo de resistencia de las bacterias ni representa “ningún riesgo” para la salud. “Hay una idea errónea de que la resistencia surgirá s el curso de antibióticos prescrito no se ha completado”, afirma.

El profesor Chris Del Mar, profesor de salud pública en la también australiana Universidad de Bond en Queensland, avaló la visión de Gilbert sosteniendo que, para las infecciones de pecho y orina más agudos, los médicos deberían recomendar a sus pacientes “dejar de tomar las pastillas una vez que se sientan mejor”. “Sólo en algunas enfermedades, como la tuberculosis o la osteomielitis (infección súbita o de larga data del hueso o médula ósea), y otras infecciones profundas, los síntomas podrían mejorar a pesar de que la bacteria podría aún estar floreciendo. En esos casos, los pacientes deben continuar tomando antibióticos hasta que hayan terminado el tratamiento o el médico les diga lo contrario. Y las personas que tienen problemas con su sistema inmunológico también deben atenerse a las recomendaciones del médico”, refuerza Del Mar.

“En muchos casos -dice, Gilber- nuestro cuerpo puede absorber cualquier bacteria sobrantes. Y como muchas personas con infecciones de las vías respiratorias no necesitan antibióticos, porque la infección no es causada por bacterias, acabar con ellas es perfectamente seguro”.

Los antibióticos alteran la flora intestinal normal muy rápidamente, eliminando las bacterias inofensivas, indígenas y dejando al paciente susceptible a las bacterias resistentes, como Clostridium difficile. “Así que para los pacientes individuales, cuanto menos expuestos estén a antibióticos, mejor”, añade la profesora.

Los médicos deciden el tiempo que debe durar el tratamiento con antibióticos. Para la la infección del tracto urinario, por ejemplo, recetan cinco días de duración, aunque, según sostiene Del Mar, “la evidencia muestra que dos o tres días es suficiente para una infección sin complicaciones”.

Así que si usted recibe un antibiótico, primero pregunte a su médico si realmente lo necesita, y luego si se puede dejar de tomarlo cuando se sienta mejor.

Pero, por supuesto, no tome ninguna decisión sin consultar antes al profesional.

Fuente: Clarín / SM

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