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La mayoría de los padres confunde las dosis de medicamentos

Cucharitas, tacitas y tapitas. Todo lo que no se debe usar para medir los jarabes.

Cucharitas, tacitas y tapitas. Todo lo que no se debe usar para medir los jarabes.

El remedio es una de esas santas soluciones que toda madre ansía cuando encuentra a su hijo enfermo. Con la receta de un médico va hacia la farmacia a comprar el anhelado elixir que calmará el dolor del pequeño. Llega a casa entusiasmada y al abrirlo se encuentra con que, por lo general, debe preparar la fórmula en polvo con agua. Y luego debe darla en esa especie de vasito medidor, que hace las veces de doble tapa y llega con el medicamento. ¿Cómo medir con este incómodo instrumento?

Las instrucciones de estas fórmulas líquidas, las preferidas de los medicamentos pediátricos, tampoco ayudan: palabras como mililitros, ml, cucharadita, cucharada abundan y no suelen ser coincidentes con las unidades presentes en la herramienta de medición.

Según un informe que publica el New York Times el desafío no suele resolverse de manera correcta, ya que la mayoría de los padres, sin saberlo, dan a sus niños la dosis equivocada de medicamento. De hecho en algunos casos se llaga a más del doble de lo que indicó el médico. Tremendo.

Un estudio, que se llevó a cabo en distintas clínicas pediátricas de Nueva York, Atlanta y Stanford, concluyó que los errores de dosificación se producen en su mayoría por esta incómoda tacita de medir. El margen de error disminuyó significativamente cuando los padres utilizaban en su lugar una jeringa oral.

Para este estudio el médico H. Shonna Yin y sus colegas asignaron a un total de 210 padres distintas herramientas e instrucciones para ver qué combinación producía menos errores. Los resultados que obtuvieron fueron alarmantes: al menos un 84,4 por ciento de los padres produce errores de dosificación y de estos más del 68 por ciento son sobredosis de las cuales el 21 por ciento duplica la dosis adecuada. También el estudio determinó que cuanto más pequeña es la dosis más errores produce.

A partir de este estudio distintos pediatras defendieron la aplicación de una dosis estándar. Por el momento, la recomendación es incorporar como herramienta de medición la jeringa oral, algo que se consigue fácilmente en cualquier farmacia y a bajo precio. Así que papás ya saben, a la par del medicamento la próxima vez sumar este accesorio más que útil para que la solución no se convierta en parte del problema.

Fuente: Rosario Plus

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