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El empleado municipal Juan Andrés Díaz está bajo investigación por supuestas irregularidades en la entrega de carnets de manipulación de alimentos a cambio de presuntos beneficios privados, sumado a otras sospechas que recaen sobre su rol al frente de la conocida oficina de Bromatología local. La municipalidad abrió un sumario para esclarecer los hechos.
Esta semana, la municipalidad confirmó la separación del cargo de Juan Andrés Díaz, máximo responsable de la oficina de ASSAL, más conocida como área de Bromatología, debido a serias irregularidades descubiertas en el manejo de la entrega de carnets de manipulación de alimentos. Según información confirmada, Díaz habría gestionado carnets para personas de otras ciudades y presumiblemente cobrado de forma privada por el servicio. Asimismo, trascendió que realizaba inspecciones a comercios que no tenía que realizar, tomándose como una facultad que supuestamente no compete a su rol.
El municipio tomó esta decisión tras recibir denuncias sobre supuestas atribuciones que Díaz habría tomado aprovechándose de su cargo. Uno de los casos reportados fue en marzo, cuando un camión que transportaba pescado fue detectado en un control de tránsito en el acceso norte, al cual le habría permitido descargar su mercadería sin contar con la documentación necesaria para circular. Lo que se ordenó en aquella ocasión fue que el transporte que tenía como destino la planta de Puerto Gaboto, ingrese, descargue el pescado y otro chofer lo regrese para luego sí quedar secuestrado.
Otra denuncia que levantó sospechas sobre el desempeño de Díaz al frente de la oficina de ASSAL fue la supuesta participación en la gerencia de un frigorífico de pescados no habilitado en la localidad de Fighiera, información revelada por vecinos del barrio La Costa que expusieron que el lugar arroja sus desechos en los zanjones ocasionando malos olores. A partir de allí, además se pudo establecer que el lugar no está habilitado por la Comuna que preside Rodolfo Stangoni. Situaciones que fueron publicadas por este semanario.
Ante estas acusaciones, la municipalidad decidió llevar adelante un sumario administrativo para esclarecer la situación y tomar medidas adecuadas. El rol de Díaz como encargado de los controles a comercios, auditorías a empresas elaboradoras de alimentos, y la posibilidad de haber abusado de su posición generó preocupación. Dado incluso que en la ciudad tuvimos hace 2 años un brote de triquinosis en la que resultaron afectadas numerosa cantidad de familias. Ya en ese momento Díaz estaba como jefe del área y nunca brindó explicaciones al respecto.
Sobre la entrega de carnets de manipulación de alimentos es una responsabilidad crucial para garantizar la seguridad alimentaria, y acciones como las denunciadas no pueden ser toleradas.
Se espera que el sumario arroje luz sobre la situación y que se tomen las medidas necesarias para evitar que este tipo de comportamiento se repita en el futuro. La integridad y credibilidad de la Oficina de Bromatología deben ser preservadas, asegurando la confianza de los ciudadanos en los controles y servicios que brinda.
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