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Insólito: El mismo ladrón les robó dos veces en 20 minutos

Nancy vive en zona noroeste, a sólo una cuadra de la comisaría 12ª. Pero la cercanía a la policía no evitó que este lunes por la noche ella y sus vecinos cayeran víctimas dos veces del mismo delincuente. Dijo que el patrullaje de Gendarmería disminuyó en la zona.

La comsiaría 12ª está muy cerca del lugar donde se produjo el hecho. Foto: Diario El Ciudadano

La comsiaría 12ª está muy cerca del lugar donde se produjo el hecho. Foto: Diario El Ciudadano

Rosario.- Nancy vive en Solís al 100, con su esposo y cuatro hijos, a sólo una cuadra de la comisaría 12ª. Pero la cercanía de la policía no evitó que este lunes por la noche ella y sus vecinos cayeran víctimas dos veces del mismo ladrón, en menos de 20 minutos.

Según contó en diálogo con Radiópolis, el programa que conduce Roberto Caferra por Radio 2, todo comenzó cerca de las 22, cuando su hijo mayor, Santiago, le avisó que estaba por llegar. Desde hace tiempo, el barrio se puso peligroso y como familia tratan de resguardarse unos a otros, evitar que ninguno llegue solo a la puerta de casa.

La llegada de Gendarmería –apuntó Nancy– les había devuelto algo de normalidad a sus rutinas, pero hace 20 días que ya nos los ven por la zona con tanta frecuencia como antes.

Pasadas las 22, entonces, Nancy y su esposo salieron con su perro a esperarlo a Santiago quien llegó y se metió rápido dentro del domicilio, un consorcio de viviendas unidas por un patio en el medio. Pero tras de él, otra persona se quiso meter también. Nancy contó que, camuflado con una gorrita y la capucha de la campera, un muchacho fuera de sí –la mujer dijo que parecía drogado– le exigió la billetera a su marido.

Tal petición le pareció a Nancy, cuanto menos ilógica. “¿Quién va a andar con la billetera a esa hora en este barrio?”, se preguntó la mujer. Sin embargo, el ladrón no atendía a razones y en el forcejeo le asestó una puntada al hombre. Pero, como llevaba una gruesa campera, el filo del cuchillo no llegó a la piel, sólo rasgó la tela.

Una vez adentro, Nancy llamó a la policía y congregó a los vecinos que para entonces ya se habían percatado que algo había sucedido. En grupos, se apostaron a cada punta de la cuadra, a la espera del móvil que nunca llegó.

Y en eso, pasó lo insólito. Cansados y temerosos de esperar fuera, volvieron al patio interno y vieron cómo otro vecino del consorcio, que regresaba de trabajar, era asaltado por el mismo ladrón con la ayuda de otro muchacho. “Fue a buscar refuerzos”, disparó Nancy, aún sorprendida.

“En 20 minutos, nos robaron dos veces”, se quejó.

Fuente: Rosario 3

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