Los efectivos intentaban impedir el avance de los agresores cuando fueron rociados con combustible. Sufrieron importantes heridas en todo el cuerpo. Están internados en Tartagal.
Salta.- Un grupo de piqueteros wichis de la localidad salteña de Morillo se enfrentó ayer con la policía local y cuando los efectivos intentaron impedir el avance de los manifestantes –quienes intentaban tomar las instalaciones de una empresa– fueron quemados vivos.
El ataque ocurrió cerca de las 6:30 cuando piqueteros armados con palos, piedras y bombas molotov, llegaron por sorpresa a una empresa de la zona norte de la provincia, a 50 kilómetros de la localidad de Morillo.
En el momento de mayor tensión, los uniformados fueron rodeados por los manifestantes. Allí una de las personas rocía con combustible a dos de los efectivos y otra –que tenía una especie de antorcha– los prende fuego.
La situación se desbordó y los demás efectivos repelieron la manifestación con balas de goma. Todo quedó registrado por la cámara de un celular de uno de los manifestantes que aguardaban en otra parte del predio, a unos 100 metros de los incidentes.
En las imágenes, reproducidas por el diario local La Gaceta, se observa a mujeres, niños y hombres corriendo por todos lados y cómo se separan los policías con partes de su cuerpo en llamas.
Debido a las lesiones recibidas, los policías fueron trasladados al Hospital de Tartagal, en donde se evalúa por estas horas el traslado a la capital provincial debido la gravedad de las lesiones.
Las víctimas tienen 16 y 19 años y fueron baleados en brazos y piernas. Ambos fueron trasladados por familiares al Heca. En el lugar del hecho encontraron 10 vainas servidas y balazos contra un auto y una vivienda.
El hombre de 57 años fue detenido este martes en Granadero Baigorria. El jueves le imputarán dos casos pero se estima que son una veintena de hechos similares en la zona y cientos en todo el país.
Ocurrió en la noche del domingo en Viamonte al 3600. Las cámaras muestran a dos personas que efectuaron las detonaciones y dejaron un cartel antes de retirarse en auto. El lugar ya había sido amenazado durante enero por parte de la banda que ofrecía CBU para que depositen el dinero de las extorsiones.