Los creadores de Twitter idearon Square, un revolucionario dispositivo para realizar transacciones con tarjetas de crédito a través de tu smartphone.
¿A quién le importa lo que pueda estar pensando la persona que tenemos al lado en el colectivo? ¿A quién le interesa qué está haciendo el mozo del bar de la esquina? Hasta el año 2006, a nadie. Pero justo ese año, Jack Dorsey y dos colegas más, fundaron Twitter, la red de microbologging que permite a todos (muchos famosos, por cierto) comentar lo que están haciendo y pensando y comunicárselo al planeta.
Dorsey se inspiró en un trabajo que tuvo en el año 2000 para crear Twitter. Por aquel entonces, se dedicaba a diseñar el sistema informático del servicio de emergencias de la ciudad californiana de Oakland. Lo que para el común de los mortales hubiera sido un aburrimiento mortal (crear un programa que evaluase y que comunicase qué ambulancia está disponible para poder ir a recoger a un enfermo y llevarlo a un determinado hospital), para Dorsey fue como un flechazo: le fascinó la forma en que las unidades de emergencia se podía comunicar den directo y entre sí, para comentar hacia dónde se dirigían y qué es lo que estaban haciendo. Pensó que sería fascinante que todo el mundo pudiera hacer lo mismo. Guardó la idea como oro en paño, y en 2006, cuando el uso de teléfonos móviles e Internet se había ultra popularizado en Estados Unidos, fundó Twitter.
Desde el año pasado, Dorsey se haya enfrascado en otro proyecto que también pretende ser revolucionario: se trata de Square, un sistema que permite a cualquiera realizar cobros con tarjetas de crédito. Tan solo hace falta enchufar un aparato del tamaño de un sobrecito de azucar a un teléfono inteligente (a través de la salida de audio, y que sirve para leer las tarjetas), utilizar un software que indique la cantidad que queremos cobrar, y que el propio teléfono funcione como datafono, llamando a nuestro banco para que realice la gestión y recibamos en nuestra cuenta el cobro. Los clientes tienen que firmar o introducir su PIN en la pantalla táctil del teléfono para autorizar la operación.
¿Por qué Square es revolucionario? Porque virtualmente, nos puede convertir a todos en empresas. La filosofía que está detrás de este invento, es la de que el poder usarlo sea algo tremendamente sencillo y barato. Solo hace falta registrarse en la web, Square envía un aparato lector, se activa tu cuenta y ya puedes empezar a cobrar. Square se lleva el 2,75 % de cada transacción, y nada más, frente a las comisiones de apertura, pagos mensuales, alquiler de aparatos y porcentaje de cada transacción que se suelen llevar los bancos y las operadoras de tarjetas de crédito.
A partir de ahí, podemos empezar a vender lo que queramos vender, y a ganar dinero. Todo es un golpe a la burocracia y un canto al liberalismo económico. De momento, Square solo está disponible en Estados Unidos (donde está arrasando) y no tiene fecha de salida en Europa y Latinoamérica.
Fuente: GQ.com
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